El buen éxito llega con Dios

El buen éxito llega con Dios

¿Sabías que las personas que están alejadas de Dios también pueden tener éxito?

El éxito no es un bien exclusivo de los hijos de Dios. De hecho, cualquier persona en la vida puede tener éxito si pone en práctica algunos principios fundamentales y los lleva a cabo al pie de la letra.

Y es que con una buena a planificación, ardua labor, mucho esfuerzo y disciplina, cualquier persona puede crear un negocio, generar riquezas y salir hacia adelante. ¿Por qué no? Incluso, he visto, a lo largo del tiempo, que muchos cristianos piensan que el éxito y la prosperidad son exclusivos de los hijos de Dios.

¡Y debo decirte que eso no es del todo correcto!

Es más, quiero ser realista aunque sé que quizás voy a sonar un poco fuerte. He visto a muchos hijos de Dios, personas creyentes y de principios y valores, que no se consideran exitosas y que viven en pobreza y escasez. Sin embargo, quiero que sepas algo. La voluntad de Dios para tu vida, no es esa.

De hecho, Dios no sacó a Israel de Egipto para que vivieran con lo suficiente en el desierto o para que tuvieran que pelear todos los días por su comida en contra de los gigantes. Al contrario, el plan de Dios era llevarlos a un punto en el que vivieran en la sobreabundancia.

Y si miras la historia del pueblo de Israel, ellos atravesaron tres etapas que quiero mencionarte hoy, porque creo que éstas también pueden ser aplicables a tu vida.

Son tres etapas que yo creo que todo hijo de Dios experimenta en algún momento de su vida.

Israel llegó a tener menos que suficiente

Cuando eran esclavos en Egipto, vivían en condiciones deplorables, en escasez, en dolor, en angustia…

Israel vivió con apenas lo suficiente

Dios los sacó de Egipto, pero éste ponía en sus manos justo lo que necesitaban comer durante ese día.

Dios llevó a Israel a una etapa en la que tenían más que suficiente

Dios los sacó del desierto, los pasó por el Jordan y los llevó a una tierra de abundancia. A una tierra en la que, dice la Biblia, fluía leche y miel.

Ahora, para entrar en materia, quiero hablarte acerca de la diferencia entre el buen éxito y el éxito común.

Si leemos la historia de Nehemías en la Biblia, ésta nos demuestra que sí existe el buen éxito y el mal éxito. 

Entonces, Nehemías era un judio que trabajaba para el Rey Artájerjes en tierra extraña. Y un día se enteró de la condición de su tierra en Jerusalén.

Al darse cuenta de que la ciudad estaba en ruinas y que sus muros estaban caídos, su corazón se lamentó profundamente y fue conmovido a emprender la tarea de reconstruir sus muros. 

Incluso, en Nehemías 1:11 podemos leer que este levantó un clamor delante del Señor, y que le pidió el favor de regresar a su tierra para reconstruir los muros.

Es decir, si Dios concede buen éxito a sus siervos, entonces, aquellos que no están en Cristo, que tienen éxito, no puede ser considerado buen éxito el suyo, porque no es dado por Dios.

Asimismo, Santiago 1:17 dice que toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de arriba. De lo Alto. Del Padre de las Luces…

Y aquí ocurre igual. En el mundo hay personas no creyentes que poseen dones impresionantes. Peor no olvides que el Don Perfecto, proviene de Dios. 

Ahora, ¿qué es el buen éxito?

El buen éxito es aquel éxito que no viene por esfuerzos humanos. En otras palabras, tú tienes buen éxito cuando actúas y operas en la voluntad de Dios.

Como lo dije al principio, cualquier persona puede tener éxito en la vida, porque para tener éxito, lo único que necesitas es esfuerzo, trabajo arduo y dedicación. Sin embargo, el buen éxito lo pueden experimentar sólo aquellas personas que buscan cumplir la voluntad de Dios en todo lo que hacen…

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