29 Nov El agradecimiento como un imán de infinitas bendiciones
Agradecer es bendecir. A ti mismo y a otros. ¿Sabías que cuando agradeces creas un imán de bendiciones para tu vida? A veces creemos que beneficiamos al otro al agradecerle, pero la verdad es que las más afortunadas al hacerlo somos nosotras mismas.
Hay un sinfín de beneficios que se asocian con el acto de la gratitud y que hacen que tengamos una vida bendecida, prosperada y alegre en Cristo. Hoy mencionaremos algunas razones por las que agradecer te hace vivir de una mejor manera y alinearte más con los valores cristianos.
¿Por qué el agradecimiento produce bendiciones en la vida?
Actitud positiva
¿Quién es la compañera habitual de la palabra “gracias”? Una sonrisa, por supuesto que sí. Agradecer es dar y recibir alegría, ser amable y cultivar la bondad en nuestras relaciones. Si mantienes una actitud positiva haces más fácil el camino a la victoria. Si permaneces triste, amargada o rencorosa con las personas con las que te relacionas, lamento informarte que tendrás más posibilidades de que las cosas te salgan mal. Dios quiere que seas feliz, que tengas un corazón limpio, que emanes Su Gracia en tu vida.
Enfoque
Saber identificar qué es eso que te está favoreciendo y reconocer de qué manera es una ganancia para tu vida, te permitirá estar más enfocada en tus propósitos reales. Saber centrarnos en lo positivo y agradecer cada cosa buena que nos acerca a lo que queremos lograr, es una forma en la que Dios nos bendice. Esa sabiduría de la que nos provee por medio de las experiencias que nos permite vivir es valiosa.
Resiliencia
Tener la capacidad de agradecer tanto las cosas buenas como los momentos que nos sacan de nuestro confort, es una verdadera bendición. Dios quiere que seas resiliente, que entiendas que no todo es como tú quieres que sea, sino como tiene que ser. Adáptate a los cambios, acepta que esto será de crecimiento para ti y pregúntale a Dios qué te quiere mostrar a través de esa experiencia. Entiende que los cambios no son de temer, sino más bien de agradecer. Si te mantienes en el mismo sitio y bajo las mismas condiciones, no habrá nada que te mueva, que te refine y te haga ser mejor. Cada sacudida es una oportunidad para ser más valiente, fuerte y sabia.
Mejora tu salud mental
Cuando agradeces creas un entorno positivo, ameno y de paz. Si tu mente está ocupada por cosas buenas y motivos de gratitud, habrá menos espacios para alojar pensamientos negativos. Esto en general mejora tu bienestar y te hace tener un estilo de vida más acorde con los valores cristianos. Mereces tener una vida plena, positiva y llena de momentos hermosos. No permitas que tu mente se contamine con sentimientos y emociones que te restan. Céntrate en agradecer y en la bondad detrás de las acciones de cada persona que te rodea.
Reduce el estrés
La gratitud es una cura infalible ante el desespero. Imagina que estás en una situación complicada, en la que algo ha salido mal y te ha generado muchos contratiempos.
Al ser conscientes del valor de la gratitud, es posible que agradezcamos por lo que sí sucedió o que nos sintamos en gratitud por el hecho de que las cosas no se hayan puesto peor.
El agradecimiento no deriva de una situación, sino más bien viene de la óptica con la que decides ver lo que te ocurre. Enfócate en lo bueno, agradece todo y sé buena en pensamientos, palabras y obras.
Si quieres profundizar más en la gratitud como un valor fundamental para el cristiano, revive junto a nosotros el episodio 143 de Mujer, Podcast, titulado: “El poder de la gratitud”. Ya se encuentra disponible en tus plataformas digitales favoritas.
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