06 Oct 280: Mamá de adolescentes – 7 conversaciones que abren el corazón (y la fe) en casa.
Tú sabes que me piden muchas mujeres de las iglesias, de las conferencias internacionales, donde me ven me escriben en el Instagram, diciéndome los mismos, Omayra por favor háblanos de como tú criaste a tus hijas, y yo tengo que decir que cada vez que alguien me pide eso yo me río, porque yo no tengo una barita mágica para la crianza, pero sabes que sí tengo, tengo algunos aprendizajes, algunas conversaciones que cambiaron el rumbo de la vida de mis hijas y que también cambiaron el rumbo de mi casa completamente.
Yo sé que este tiempo de la adolescencia y ustedes saben que yo tengo dos hijas adultas y dos hijas adolescentes todavía en mi casa y la adolescencia no es un monstruo, pero si es como cuando manejamos en una carretera y hay mucha neblina hay tú no prendes las luces, anda por una carretera así y en cualquier momento te vas a estrellar.
La buena noticia es que esas luces que nosotros tenemos que entender para asegurarnos de tener accidente en una carretera en lo que te acabo de escribir, esas luces en la vida de nuestros adolescentes son conversaciones, conversaciones que no son sermones, sino conversaciones que suenan a confianza.
Hoy yo quiero abrirte esa libreta mía personal de como yo hable con mis hijas de temas que tenemos que hablar con nuestros adolescentes; como la sexualidad, como yo hable con ellas sin que ellas se taparan los oídos, como hablamos el tema de las redes sociales sin que hubiese una guerra entre nosotras, como hicimos para enseñarlas acerca de su propósito, del dinero, de la fe, de la disciplina, del perdón, tantos temas que son tan importantes y que definitivamente tenemos que conversar, con nuestros jóvenes, con nuestros adolescentes.
En el episodio de hoy que me temo que rompa el récord de ser el episodio más largo en la historia de mujer pódcast, más que nada quiero abrirte mi corazón, para compartirte lo que sé y lo que hice para tener todos estos diálogos 7 en específicos con mis hijas, y estos diálogos créeme si tú recibes lo que voy a compartir en el día de hoy se pueden compartir en esos cimientos que van a fortalecer la relación con tus hijos.
Así que como te dije este episodio va a ser largo y tendido, pero hoy quiero hablarles a las mamas de los adolescentes, quiero compartirte esas 7 conversaciones que abren el corazón y la fe de tu casa.
¿Te has sentido alguna vez que no sabes cómo hablar con tus hijos de la sexualidad? ¿Me creerías si te dijera que en la adolescencia el impulso social y la curiosidad son demasiados intensos? ¿Sabías tú que cada conversación por pequeña que sea abre un poco más el corazón de tus hijos? ¿Le has preguntado alguna vez a tus hijos cuáles son tus sueños? ¿Te has preguntado por qué la ciencia confirma que practicar el perdón trae beneficios enormes a nuestra salud física y mental?
¿Te has preguntado si tienes la capacidad de responder con toda seguridad estas preguntas? Me gustaría leer tus respuestas a estas preguntas, en la caja de comentario.
Terminando con lo anterior, continuemos nuestra lectura.
7 conversaciones que tienes que tener con tus hijos adolescentes, para que se abra su corazón, para que como madre puedas cumplir al 100% y sobre todo para que tus hijos puedan crecer en la fe.
Vamos a entrar con lo más difícil, con lo que ustedes pelean, me refiero a esa conversación sobre la sexualidad.
1. CONVERSACIONES DE LA SEXUALIDAD; yo estoy consciente que hablar de sexo con nuestros hijos, puede darnos los nervios más grandes del mundo, yo estoy segura de que así te has sentido tú algunas veces, por qué, porque a veces no sabemos por dónde empezar, pero escúchame bien es vital que seamos nosotras las madres quienes iniciemos esa conversación con nuestros hijos, por qué porque si no lo hacemos el mundo lo va a ser por nosotras.
Tengo que decir que lamentablemente las estadísticas me dicen que el mundo quiere hacerlo demasiado rápido y demasiado pronto, hay estadísticas que dicen que en las escuelas que hasta los 7 y 8 años ya entre los niños comienzan esas conversaciones acerca de la sexualidad, así que escúchame mamá tenemos que hacerlo nosotras y tenemos que hacerlo a tiempo, porque si no lo hacemos nosotros, sus amigos en la escuela, el internet, las series de moda, todo bombardea a nuestros chicos con mensajes sobre sexualidad y la parte más alarmante hoy es que muchos de esos mensajes son contrario a nuestros valores.
Desde edades tempranas tenemos que abordar este tema, aunque te incomode. Aunque no sea tu cosa favorita, abrir este diálogo a tiempo puede ser una protección enorme para tus hijos. Recuerda que más vale una plática incómoda con la mamá ahora, que un corazón herido más tarde por desinformación.
La neurociencia misma nos dice que en la adolescencia el impulso social y la curiosidad son demasiado intensos, los adolescentes buscan aprobación de sus padres e incluso por encima de percibir los riesgos que esto puede tener.
Ahora mi pregunta para ti es: ¿no deberíamos guiarles nosotras las madres con la verdad antes de que vengan a adsorber mentiras de afuera de nuestros hogares? Y sé que te estás preguntando: ¿cómo lo hago, pastora?
Primero con naturalidad, con honestidad y por supuesto con una perspectiva bíblica, la biblia nos presenta al sexo como un tema normal, lo que pasa que hemos pensado que el tema de la sexualidad es un tabú como si no fuera algo hermoso en el diseño de Dios, de hecho, la actitud que vemos en la biblia hacia el sexo es que es bueno y que se debe de hablar de ello con franqueza sin tener que estar sonrojándonos tanto.
Podemos decirles a nuestros hijos, la sexualidad es idea de Dios, es buena en el contexto en que fue creado, usted y yo sabemos que ese contexto se llama el matrimonio y por eso yo quiero enseñarte a verla como Dios la ve no como la pinta el mundo, dime si esa primicia en tu conversación no hace una diferencia.
Antes de hablar yo quiero que examinemos algo bien importante, primero antes de tu tener esa conversación con tus hijos de esa manera tan natural como te acabo de explicar, tú tienes que preguntarte a ti misma cuáles son tus propias creencias sobre el sexo, porque si en el fondo, tú lo consideras sucio, si te da vergüenza, pues créeme que le vas a transmitir ese mensaje a tus hijos sin querer y ello no pueden verlo como hermoso a algo que sus padres lo consideran sucio o lo consideran prohibido.
Habla con palabras apropiadas, pero no tienes que tener miedo para tener conversaciones con tus hijos, comparte con ellos lo que la biblia dice al respecto, por ejemplo, puedes buscar Hebreos 13: 4 donde enseña que el sexo es honorable en el matrimonio y explícale por qué debemos guardarnos, porque debe de haber pureza en esas relaciones, no lo expliques como represión, porque una de las cosas que nuestros hijos tienen que entender que Dios pone límites en nuestra vida lo hace para cuidarnos y lo hace para cuidar nuestro corazón.
Cuando tú tengas esa conversación con sus hijos, mantén ese tono abierto sobre todo abierto a pregunta, porque a lo mejor ellos comienzan a preguntar en sus cambios físicos, a lo mejor entra el tema de la pornografía, a lo mejor entra el tema de la presión quizás de las parejas y tú nunca debes de huir de esas preguntas, son oportunidades para que tú puedas sembrar verdades en la vida de tus hijos.
Si tú no lo sabías estas conversaciones se deben de tener mayormente en el hogar, estas no son conversaciones para la escuela, ni para los amigos, ahora si en esa conversación tus hijos te preguntan algo que tú no conoces la respuesta, pues agamítelo, dile de eso no tengo la respuesta y junto con tus hijos haz el ejercicio de encontrar esas respuestas a esas preguntas.
Lo importante es que tus hijos sepan que pueden hablar contigo de eso sin tener temor, sin que haya juicio. Muchas conversaciones cortas a lo largo del tiempo valen más que tener esa gran charla que daban nuestros padres antes de una sola vez.
No es cuestión de una plática formal, con diagramas, páginas de dibujos NO, es mejor muchos momentos cotidianos donde tú puedas tocar ese tema con tus hijos, un comentario sabio cuando hay una película, cuando hay una escena romántica, una anécdota personal que puedes compartir cuando van en el auto, e incluso una disculpa si en el pasado tú evitaste este tema.
Cada conversación por pequeña que sea abre un poco más el corazón de tus hijos y créeme, mamá, tu voz amorosa puede guiar a tus adolescentes a una visión bien saludable de la sexualidad basados en las verdades, en las verdades bíblicas y no desde la mentira que le vende nuestra cultura, en las películas e, en las series de televisión y en la música basura a la que tus hijos están expuestos.
2. CONVERSACIÓN DE LAS REDES SOCIALES Y LA TECNOLOGÍA; yo sé que este tema es candente, pero es bien importante en nuestra época, muchos hogares parecen campos de batalla con el asunto del teléfono, las redes sociales, el teléfono y yo sé que nuestros chicos quieren vivir pegado a esas pantallas y nosotros tratando de ponerle límites, pero aquí la clave es comprender primero para luego nosotras las madres poder ser comprendida.
¡Pastora no te entiendo! Nuestros adolescentes están creciendo en u mundo digital 24/7 que muchas de nosotras no conocimos a su edad, para ellos estar conectados no es un lujo, es su idioma nativo, partamos de esa premisa, partamos estas conversaciones con esa empatía,
las redes les atraen a nuestros hijos porque allí es donde encuentran conexión, allí es donde está el entretenimiento, allí es donde está esa aprobación inmediata que los jóvenes necesitan.
Aquí hay un factor neuroquímico que es real, cada like, cada notificación libera dopamina en el cerebro de nuestros hijos dándole ese placer instantáneo y potencialmente si no lo sabemos tratar creando hasta adiciones en la vida de nuestros hijos, no es que tu hijo no sea disciplinado o indisciplinado, simplemente porque no te quiere hacer caso y no puede despegarse de las redes. Hay procesos cerebrales poderosos enganchando consistentemente. Si tú entiendes esto a no demonizar la tecnología, sino a guiar a tus hijos en su uso con sabiduría, yo te sugiero algo, qué tal si tú inicias la conversación preguntándole: ¿Qué estás viendo en TikTok? ¿Qué te está saliendo en Instagram? ¿Hay algún juego de moda que te está llamando la tensión?
Cuando ellos comiencen a hablar escúchalos sin interrumpir, muestrales intereses genuinos, hazle preguntas de lo que te están hablando, por qué, porque luego de esa conversación y cuando comiencen a hablar y abran su corazón de tal juego, mama me salió tal cosa, entonces tú puedes compartir tu ocupación y tú puedes hacerlo con cariño mira mi amor yo sé que este mundo sucede dentro del teléfono, pero déjame mostrarte algo que es importante y cuando tengas esa conversación ya puedes explicarle con amor los peligros si añadir drama.
Le puedes hablar del contenido inapropiado, le puedes hablar de los peligros de los depredadores en línea, de esa trampa de esa vida perfecta en Instagram que nos ponen tanta presión, es importante que tú conozcas los datos, porque si tú tienes los datos, pues entonces puedes compartir la información correcta, datos ¿cómo qué? La consecuencia del uso excesivo de las redes que hoy estaba ligada a mayor ansiedad, mayor depresión, abandono y baja autoestima en la juventud.
¿Le puedes hablar acerca de lo importante de tener las bases claras en cuanto a las comparaciones? Si las redes causan adicción, se puede tener esa validación externa.
Un adolescente necesita escuchar por qué detrás de las reglas, no es lo mismo decir por qué yo soy su mamá usted tiene que apagar ese teléfono y punto, explicarle los límites porque quiero ayudarte a que liberes el estrés, que no estés expuesto a demasiada ansiedad, quiero ayudarte a que tu cerebro piense fuera de tu teléfono, que puedas desarrollarte como un ser humano completo, esto es importante enseñarle más que irritarlos y añadirles más ansiedad.
Tu trabajo es cuidar de tus hijos, e incluso de cosas que a ellos les puede parecer inofensivo y en esas conversaciones tú se lo explicas, ahora después de compartir estas perspectivas entonces toca establecer acuerdos prácticos juntos, por ejemplo, para liberarnos un poco el teléfono no lo usemos durante la cena o cuando te vayas a dormir deja el dispositivo fuera de tu cuarto, así todos dormimos mejor.
Yo te sugiero un sabático digital a la semana, u día a la semana que no entren en las redes sociales, desactivar esas notificaciones innecesarias, hay mucho que se puede hacer y ten esa conversación para que sean tus hijos los que estén involucrados en decidir cuáles son esos límites razonables así ellos no lo van a ver como una imposición, sino como un plan de familia, Te quiero dar un consejo bien valioso, modela con el ejemplo, si tú le estás diciendo no estés todo el día en el teléfono, mamá tú no estés todo el día metido en el chat, o cuando estén en la mesa, papá que no esté metido en el teléfono, por qué, porque si no modelamos con nuestro ejemplo perdemos autoridad, si ellos ven que nosotros utilizamos la tecnología con equilibrio vana prender más que un millón de conversaciones.
Quiero recomendarte que les diga esta frase; lo que hacemos en las redes es una extensión de lo que nuestro corazón busca, por qué, porque eso es bien cierto, si en su corazón hay un vacío, si en su corazón hay inseguridad lo van a reflejar buscando esos likes sin control, si en su vida hay propósito y hay fe también se va a anotar cuando ellos naveguen en las redes sociales.
En estas conversaciones de las redes sociales y la tecnología tú tienes que ayudarlos a anclar su identidad en cristo y no en ese me gusta, en ese comentario, enséñales que tus hijos son valiosos en Dios, no por los seguidores que ellos tengan y esto es bien importante lo que te voy a mencionar en este tema, destaca el lado positivo, las redes pueden usarse para bien.
¿Este domingo una chica de nu
estra iglesia de fuente júnior, eso son 10 a 13, me dijo pastora: ¿Me estás siguiendo en TikTok, le dije no y le dije cuál es? Y cuando lo encontré, la chica graba videos citando mensajes bíblicos, citando lo que aprendió en fuente júnior, lo que quiere decir esto que lo que ella aprende lo quiere transmitir, así que las redes también tienen su lado positivo y nosotros lo podemos fomentar en la vida de nuestros hijos.
Ustedes ven en mi Instagram, en mi TikTok que yo corto ese clic de mis días predicando en la radio y eso es positivo, ellos pueden utilizar las redes para aprender cosas nuevas, para compartir su fe, para alentar a otros jóvenes, cuando te digo aprender cosas nuevas, mi hija más pequeña tiene 14 años ustedes saben que a ella le encanta la cocina, ella busca recetas ahí en las redes sociales y me las comparte y se convierte en algo que podemos hacer juntas. Cuando nuestros adolescentes entienden el para que detrás de la tecnología empiezan a usarlas, ellos a su favor y no a ellos ser usados por la tecnología y las redes sociales.
3. CONVERSACIÓN SOBRE PROPÓSITO Y FUTURO; pocos temas abren más que el corazón de un adolescente que hablar de su propósito en la vida, cuando tú le hablas a tus hijos del futuro sus ojos tiene que brillar imaginando lo que Dios tiene para ellos, pero en esas conversaciones también pueden sentir una tremenda presión, ay que voy a hacer con mi vida, que carrera voy a elegir, si yo fracaso mamá, estas conversaciones son tu oportunidad de infundir esperanza y darle dirección.
Comienza preguntándole cuáles son tus sueños, que tú quieres hacer, en que tú te ves trabajando, que te apasiona ser, qué cosas te hacen perder la noción del tiempo y escúchalo sin juzgar, si sus ideas te parecen poco prácticas, créeme que a la edad de la adolescencia soñar es gratis es necesario y luego comparte a cerca de tu propia juventud, tal vez como tú descubriste tu llamado, o como aun siendo adulto Dios te está ayudando a reenfocarte, sé vulnerable, tú puedes contar un sueño que tú dejaste ir, o como Dios redirigió tu camino, eso les muestra a tus hijos no pasa nada, si aun a una edad que no has descifrado todas las cosas, desde nuestra fe tenemos una base sólida para el propósito. Dios nos creó con un diseño único para cada uno de nosotros.
Recuérdale a tus hijos y recuérdale lo que dijo Efesios 2:10 “Somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras” Dios tiene obras asignadas para cada uno de nosotros y tiene una misión especial y la edad no es impedimento para servirle a Dios. Enséñales eso a tus hijos a tiempo.
Lo que experimentó Timoteo lo puedes leer en primera de Timoteo 4:12 cuándo Pablo le escribió “Ninguno tenga en poco tu juventud, si no sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” nuestros hijos necesitan escuchar que no tienes que ser mayor para tener un propósito que Dios quiere usarlos ahora, en su escuela, con sus amigos, con sus deportes, en su iglesia, que su vida tiene sentido en el día de hoy.
Esta idea puede romper mucho el conformismo que vemos muchos adolescentes cristianos, aquí en esta conversación, también puedes integrar algo importante, habla de sus talentos, háblale de sus habilidades, identifiquen juntos que es bueno para tus hijos y que tiene facilidad para la música, para los deportes, para las matemáticas, para escuchar a las otras personas, anímalos a probar cosas nuevas.
Durante esos años la ciencia nos dice que el cerebro de un adolescente está especialmente listo para aprender y para adaptarse, tomar cursos, involucrarse en servicio social, aprender un arte, aprender un oficio, todo eso expande la mente de tus hijos y puedes comenzarle a darle vista acerca de su llamado.
Como mamá tú puedes ayudarle a establecer pequeñas metas, por ejemplo; si les gusta cocinar, pues mira como yo tengo esa hija mía que le gusta cocinar, generalmente los sábados nosotras preparamos algo juntas, lacena familiar tú se la puedes asignar ese hijo que le gusta la cocina, si le apasiona defender las causas apasiónalo que se una a trabajo voluntario si es ambiental, en la iglesia, si es grupo de oración, si es en la escuela, dales alas a tus hijos, pero escúchame, también se ancla cuando se sientan desorientados.
Nuestros adolescentes se comparan con otros, este amigo que es un genio, la chica que es super talentosa, o súper popular, ellos hacen conclusiones indebidas y dicen yo no sirvo para nada escúchame mamá ahí es donde tú tienes que entrar con tu amor firme y decirle, Dios no se equivocó contigo, Dios tiene propósito valioso con tu vida, tú no eres la copia de nadie, tú eres un original, te garantizo que tú vas a descubrir tu camino al tiempo de Dios, yo estoy aquí para acompañarte en tu búsqueda.
Háblale a tus hijos del propósito, ábrele tu corazón, ayúdalos abrir su corazón por qué, porque de alguna manera tenemos que tocar la fibra de esa identidad, de esa esperanza que hay en nuestros hijos, y hay algo que tú tienes que repetirle constantemente, hablarle de su propósito, celebrarle cada pequeño avance, recordarles que su valor no viene de sus logros, sino que viene de Dios.
Cuando un adolescente entiende esto, su fe echa raíces profundas y su corazón se dispone a soñar en grande, pero con Dios.
4. CONVERSACIONES SOBRE DINERO Y SOBRE LA MAYORDOMÍA TAMBIÉN; dirán alguno de ustedes ay, Dios mío hablar de dinero con los adolescentes, escúchame por supuesto que si el manejo del dinero habla mucho acerca de nuestro corazón y aunque tú evites el tema la biblia no evita el tema, tú sabías qué hay más de 2300 versos bíblicos, que hablan específicamente acerca de dinero y de posesiones, tú sabes cuantos versos bíblicos hay de la fe y de las oraciones 500 versos 2350, que hablan acerca de dinero y de las posesiones.
Esto nos muestra cuán importante es para Dios que aprendamos a manejar nuestros recursos, no puedes tener miedo de incluir a tus hijos en las conversaciones y en las decisiones financieras de la casa, hazlo de acuerdo su edad, tú puedes empezar por lo básico, enséñales de los ahorros, enséñales del trabajo, enséñales a cumplir con Dios, enséñales generosidad, enséñales lo que es contentamiento.
Por ejemplo, si tu hijo recibe una mesada o si gana de dinero en un mini trabajo, enséñales a cumplir con Dios primero, enséñales a presupuestar. Una regla sencilla es la famosa 10-10-80. 10 es el diezmo que le pertenece a Dios, el otro 10 es ese ahorro que tenemos siempre que tener y el 80, la parte que ellos van a administrar y que lo van a hacer con responsabilidad, puedes invitarle a hacerlo contigo.
Cuando tú recibes tu salario enséñale a tus hijos, este es el salario que recibí, esta es la manera como lo vamos a dividir, primero le pago a Dios, luego guardo para nosotros, para el futuro, le creas esa conciencia a tus hijos y con esto que nos queda vamos a apagar tal cosa, vamos a hacer tal cosa, por qué, porque si le enseñas a tus hijos a ahorrar, a honrar a Dios, le enseñas ahorrar, si le enseñas la importancia de no endeudarse, esas lecciones que en la práctica se van a quedar grabadas en su corazón.
Este es un buen momento para hablarle contentamiento y el materialismo de cuando queremos más y más, los adolescentes tienen presión con eso, tienen presión por las cosas, de tener ese celular de la última generación, o la ropa de marca, cuantas discusiones surgen en familias por las compras y por los gastos, aquí tienes que traer esos principios bíblicos y claro.
El dinero no es malo, pero el amor al dinero si lo es, eso lo enseña 1 Timoteo 6:10, enséñale que su valor no viene de lo que tenemos, viene de lo que le enseña la biblia en Filipense 4:12-13 donde Pablo habla de estar contento con mucho o estar contento con poco, pero siempre dando gracias a Dios.
Comparte historias de personas generosa que tú admiras un misionero, un empresario, alguien que se dedica ayudar al prójimo, enséñale a cerca de la gente de tu iglesia, todas las cosas que hacen, forma en ellos un corazón generoso, anima a tus hijos aparte algo también para bendecir alguna persona en necesidad y enséñale ese diezmo, esa ofrenda cuando envíes a tus hijos a la escuela dominical, envíalos con ofrendas en su mano, que estén consiente cuán importante es darle a Dios.
También tenemos que hablarles a nuestros hijos de trabajo, de esfuerzo, si quieren dineros extras tienen que trabajar, tiene que esforzarse, tienen que aprender a ganárselos, pueden lavar el coche de la casa, pueden hacer galletas y venderlas, pueden cuidar niño, cortar la grama, nuestros pueden ganarse ese dinero extra para esas cositas que ellos quieren y tú ¿Sabes lo que produce en nuestros hijos, produce dignidad, produce entendimiento de que qué cuesta ganar cada dólar?
En tu casa establezcan metas de ahorros juntos, si en seis meses ahorramos tal cantidad te voy a dar esto, créeme cuando tú motivas a tus hijos en sus ahorros, tú vas a ver cuan motivados van a estar ellos también y todo esto métele estos principios bíblicos, como la biblia nos enseña, como la biblia nos llama a ser buenos mayordomos, que nos llama a ser fiel en todo lo que tenemos.
En estas conversaciones ayúdalos a ver el macro completo, la imagen completa. El dinero es una herramienta para ser bien, el dinero es una herramienta para honrar a Dios, el dinero es una herramienta para proveer a los nuestros, y el dinero nunca debe de ser el dueño de nuestros corazones.
Cuando un adolescente entiende esto desde joven puede vivir inmune, inmune o resistente a esa cultura de consumismo que le promete felicidad cuando tengan la próxima cartera, carro o el próximo celular, en lugar de eso su corazón va a estar abierto a la gratitud, a la fe, confiando que Dios va a suplir todo lo que le falte en forma a sus riquezas en gloria como dice Filipenses 4:19.
5. CONVERSACIONES DE LA FE SOBRE LAS DUDAS; esta es la conversación más crucial de todas, hablar de nuestra fe y también de nuestra duda, y si leíste bien, darle espacio y tener conversaciones transparentes con nuestros hijos, acerca de nuestras propias dudas, muchos adolescentes criados en lugares cristianos llegan a una etapa en que cuestionan lo que viven y cuestionan las cosas de la fe, tal vez tu hijo te ha dicho frases como sabemos que Dios existe de verdad, yo no quiero ir a la iglesia porque la iglesia me aburre.
Escúchame bien dudar un poco puede ser un poco normal de hacer su fe propia de ellos mismo, necesitas todo tu amor y toda tu paciencia toda la sabiduría de Dios para poder tener estas conversaciones con ellos, empieza asegurándole a tus hijos que Dios va a estar ahí con nosotros pase lo que pase y que nosotros vamos a estar con ellos también.
Puedes hablarle de cualquier inquietud espiritual sin que haya regaños, sin que te muestres decepcionado por lo que están diciéndote de hecho lo mejor que podemos hacer es luchar más y más lo que nos están diciendo y nosotros hablar menos al principio de esas conversaciones, si tu hijo te dice que no está seguro de creer a lo que dice la biblia, resiste la tentación de darle un sermón de como la biblia es infalible en lugar puedes responder; entiendo por qué te puede costar el creer, porque lo piensas de esa manera yo te quiero escuchar.
Mientras tienes esa conversación hazle preguntas, pero hazlo con respeto, con disposición de entender en lugar de empezar a debatir y pelear ahí con tus hijos, desde cuando tú te sientes así, desde cuando tienes esta duda, hubo algo que te paso, leíste algo, alguien te dijo algo que te haga cuestionar estas cosas y esas preguntas abren esa conversación reveladora, recuerda que, tras una duda intelectual, suele haber una lucha emocional o alguna lucha personal, quizás tu hijo duda del amor de Dios, si no porque oro por algo importante y no vio la respuesta y es ahí donde tu empatía tiene que brillar, donde debes de conversar y decirle hijo sé por qué te sientes así, entiendo por qué lo ven de esta manera, a mí también me ha pasado, yo también he estado en un momento donde no comprendo por qué Dios permite ciertas cosas, pero he aprendido que él sigue siendo bueno, aunque yo no pueda entender todas las cosas, compartir tus propias preguntas.
Puedes armar esa resistencia que tiene los jóvenes de hablarnos de un tema, también es bueno ser proactiva en las cosas espirituales, crea un ambiente donde tu fe sea parte natural de la vida diaria, hacer una oración, leer la biblia, pasar tiempo en oración juntos, ir a la iglesia juntos, hablar de lo que se habló en la iglesia, eso construye cimientos y no lo podemos dar por poco.
Si ya tus hijos están grandes y no creaste esa costumbre de pequeño, nunca es tarde para empezar algo y adaptarlo a su edad, o comentar después de la iglesia que aprendiste hoy, que te enseñaron, qué viste, invítalos a preguntarte cosas difíciles.
En mi casa por ejemplo yo digo que le dirían a alguien que cree en X cosa, o cuando dicen que la ciencia contradice a Dios, les hago estas preguntas difíciles, lo hago para preparar a mis hijas para el programa de radio que ellas hacen conmigo los domingos a las 7 de la mañana y lo hago también en el contexto de sus vidas a veces un amigo les dice algo y tienen que estar preparadas para tener las respuestas correctas.
Esas preguntas preventivas que tú puedes lanzar y tener esas discusiones bonitas de familias, discusiones de hablar un tema, no de discusiones de pelear okey, pero esas preguntas preventivas los hacen pensar, lo dejan claro como ellos pueden trabajar con esas cosas, con esos temas y mira si de repente se lazan otras preguntas tú misma dice que no sabes cómo responder eso. Pues con la sexualidad busquemos las respuestas juntas, eso les enseñan que la fe también requiere estudio, investigar, aprender y no tenerle miedo a las preguntas, cuando expresan francamente una duda o incluso rechazo, mantén la calma no te enojes, no entres en pánico, recuerda que la salvación de tu hijo está en las manos de Dios, no está únicamente en tu crianza, nuestro rol es guiarle hacia el señor Jesús, pero al final cada corazón va a alcanzar por la gracia de Dios.
Quítate la carga que yo tengo que convencerlo de esto, ahora mismo, mejor ora por tu adolescente, modélale la fe, una fe auténtica, una fe real, que reconoce que hay lucha, pero que está firme en Cristo, acompáñalos en su búsqueda, si es una pregunta teológica bien seria búscale recurso, sácale una cita con el pastor, un canal confiable en YouTube que hable buenos temas de apologética, peor para jóvenes e incluso hasta un mentor en la iglesia que vean que tú tomas sus inquietudes bien en serio y que es bien importante celebrar cada paso de fe por pequeños que sean.
Mamá hoy ore por un amigo que está mal afírmalo que bueno, eso es lo que tienes que hacer y enséñalos a seguir llego a su grupo de jóvenes, si tienen duda, si hay alguien le cae mal, si alguien les habló mal.
Exprésale el cuánto te anima el que ellos estén en esos grupos, al final de todas las conversaciones tú quieres que tus hijos sepan que papá y mamá te aman incondicionalmente e incluso si tenemos cuestionamiento acerca de la fe, siempre enséñales que en tu casa se pueden expresar libremente por esa libertad, esa aceptación en el hogar muchas veces abre el corazón para volver al camino del señor en sus tiempos.
Sé que muchos de ellos necesitan ver el amor de Dios reflejado en nosotros, necesitan adoptar fe, necesitan que les modelemos fe, no necesitan vivir nuestra fe, necesitan desarrollar la suya propia. Démosle ese espacio, pero hagámoslo con guía, con oración.
6. CONVERSACIÓN DE DISCIPLINA Y RESPONSABILIDAD, esta es un área espinosa, como nosotros guiamos y corregimos a nuestros hijos adolescentes sin romperle el espíritu, seamos honesta esta edad pone a prueba nuestra paciencia, las imprudencias, las rebeldías típicas de esta edad pueden sacar lo peor de nosotras las madres, por qué, porque estos son los momentos en que llega los gritos, donde nosotros queremos castigarlos exageradamente, donde se disparan esas palabras hirientes.
Necesitamos reimplantar la disciplina en la adolescencia, con conversaciones, no solamente con imposición, un buen punto de partida es que seamos sincera con nuestros hijos creo que a veces te he regañado de mala manera, yo quiero hacerlo mejor, yo te amo, a veces mi meta nunca es lastimarte, simplemente que puedas aprender que salgas de esta casa con las mejores herramientas, ayudarte a convertirte en la mejor persona que tú puedes hacer.
Decir esto con nuestros hijos requiere tener humildad, peor también abre mucho el corazón de tu hijo cuando tú le hablas con sinceridad, la biblia nos instruye claramente, padres no exasperes a sus hijos para que no se desalienten y si la biblia dice eso en Colosense 3:21 exasperar significa provocar la ira o irritación.
Desalentar es como quebrar el espíritu de nuestras hijas y esto es una imagen bien fuerte. Si disciplinarlos con dureza injusta, podemos fracturar su interior y eso es justamente lo contrario a nuestra misión. Como tú logras disciplinar a tus hijos de manera firme, pero también amorosa.
Midiendo nuestras palabras, midiendo nuestros tonos, aun cuando tengamos que señalar una falta que sea seria, podemos hablar con respeto, gritar eres un irresponsable, me tienes harta, eso va a traer distancia con tus hijos, en cambio, decirle hijo esto que ha pasado es serio, tenemos que hablar de esto porque esto estuvo mal y porque tenemos que ver que vamos a ser al respecto con una voz firme, pero serena mantiene la conexión con tus hijos.
La biblia siempre nos recuerda lo que dice Proverbio 15:1 que es un proverbio que yo siempre tengo bien claro en mi corazón “La respuesta suave aplaca la ira; y la palabra hiriente aumenta el enojo”
La palabra nuestra debe de ser útil para hacer reaccionar a nuestros hijos de la manera correcta y si tú tienes que respirar y decir señor dame calma, señor dame paciencia, señor ayúdame a tener esa conversación, permíteme a no decir palabras de las cuales me pudiera arrepentir, sé consistente, pero se justa con las consecuencias, los adolescentes detectan inmediatamente si nosotros somos arbitrarios, si un día le dejamos pasar algo y al otro día por lo mismo lo castigamos, mejor ten pocas reglas, pero cúmplelas, inclúyelos a defender consecuencias lógicas, si tú no cumples con tu hora de llegada el próximo fin de semana no sales, eso te parece razonable.
Cuando ellos ven ese ánimo entre nosotros de que queremos hacer lo mejor para ellos, la actitud de ellos también cambia, nunca los disciplines con vergüenza, eso es bien importante, la disciplina bíblica busca instruir, no desquitarse, comunica siempre, yo te corrijo porque te amo, porque me importa, es mi responsabilidad.
Un punto vital que a veces nosotros olvidamos es pedir perdón cuando somos nosotros los que les fallamos, si por ejemplo te excediste con un castigo o actuaste de una manera injusta con tu hijo reconócelo; dile yo lo siento, mi forma de reaccionar no fue la correcta, te pido disculpa, eso no te quita autoridad, al contrario, modela humildad, nuestros hijos aprenden más de lo que hacemos que lo que decimos, si te ven admitir tu falta ellos también van a prender a admitir sus propias faltas, de paso la relación se sana.
Muchas brechas entre los padres y los hijos se mantendrían pequeñas si los padres aprendiéramos a disculparnos y hacerlo a tiempo, del mismo modo perdona a tus hijos cuando te ofenden y va a ver momento en que te van a responder con insolencias, mis hijas lo han hecho y eso no debe de romper esa confianza, claro que tiene que haber consecuencias, tiene que haber límites, pero en medio de ellos hazle saber que tú los perdonas, que tú no les guardas rencor, que tú entiendes cuando nuestro carácter nos traiciona, dile que les dará otra oportunidad y que confías que él lo puede hacer mejor, eso refleja el corazón de Dios que es lento para la ira y grande en misericordia.
Recuerda lo que dice Colosense 3:13 “Soportándonos unos a otros y perdonándonos unos a otros” Cristo nos perdonó, así que nosotros también tenemos que perdonar hacia adelante y a veces pensamos que perdonar es muy fácil y que nuestros hijos se pueden aprovechar de eso, pero los estudios muestran que el perdón genuino reduce la rebeldía, el adolescente siente la gracia inmerecida y eso lo conlleva mejorar, al final del día la disciplina efectiva es la que conecta el corazón mientras corrige la conducta.
Si después de una corrección tu hijo se siente amado, se siente motivado hacer las cosas bien créeme que vas por buen camino. Pregúntate, siempre estoy disciplinando para ganar la batalla momentánea o para ganar y mantener el corazón de mis hijos a largo plazo, yo espero que la respuesta sea lo segundo, ganar el corazón de tus hijos a largo plazo.
Paciencia mamá, el cerebro de tu hijo todavía está madurando hasta los 20 años, esa zona de autocontrol en la corteza prefrontal no se ha desarrollado todavía hasta los 25 años, eso no es excusa para portarse mal, pero nos recuerda que nuestro adolescente e hijos jóvenes adultos todavía están aprendiendo autocontrol, a tomar buenas decisiones por eso la repetición es importante, la supervisión es importante, el perdón es importante y lo vamos a hacer constantemente.
No te rindas, no pienses que lo que digas es inútil, cada límite amoroso, cada enseñanza que tú repites, es una semilla que en su momento va a dar frutos,
7. LA CONVERSACIÓN SOBRE EL PERDÓN Y LA RECONCILIACIÓN, esta es una conversación que literalmente abre y sana el corazón de toda la familia, la adolescencia puede traer roce fuerte, discusiones entre hermanos, vidas con papá o con mamá, resentimientos con otras personas porque no me entiendes, porque no haces lo que yo quiero, enséñales a tus hijos a perdonar, a pedir perdón, eso es un regalo para toda la vida.
Puedes iniciar charlas compartiendo alguna historia tuya, o la historia de la Biblia sobre el perdón. Recuerda la parábola del hijo pródigo: el padre lo recibió con los brazos abiertos a pesar de todo lo que había pasado. Enséñales a tus hijos que perdonar es parte del carácter cristiano.
Pregúntales a tus hijos si hay algo que les cueste perdonar, o si han sentido alguna vez alivio después de haber perdonado, escucha lo que te expresan a veces van a salir temas medio personales, es que me dolió cuando mi mejor amigo hizo esto, cuando hablaron mal de mí, yo aún no puedo perdonar aquella persona que se olvidó de tal cosa, mamá no me puedo olvidar el día que te olvidaste de mi recital.
Hay cosas que nos duelen y hay cosas que nuestros hijos nos van a decir y que duele escuchar, pero es un regalo que él exprese por qué, porque tú puedes disculparte sinceramente y librarlo de esa espina que tiene contigo, que tiene con cualquier persona, explícale a tus adolescentes que perdonar no significa decir que lo que paso estuvo bien, sino que deben olvidar lo que sentimos con esos momentos.
El perdón es más bien decidir no vivir atados a esos resentimientos es soltar el derecho de me voy a cobrar esto que me hiciste o la fianza la voy a mantener, el perdón es dejar que Dios sane esos asuntos y si es un proceso y a veces es diario, por qué tenemos que perdonar ante todo porque Dios nos perdonó primero, porque fuimos perdonados en Cristo, podemos compartirte con amor esa ordenanza bíblica juntos que con la promesa de que cuando perdonamos Dios nos libera.
La ciencia confirma que practicar el perdón trae beneficios enormes a nuestra salud física y mental, reduce la ansiedad, la depresión, mejora el sueño, mejora hasta la presión arterial impresionante Dios sabe lo que hacía cuando nos estaba formando y cuando nos dio esa instrucción de perdonar, no es solo por lo moral, es por la sanidad de nuestra alma.
Cuéntale de estos estudios que hallaron, de los adolescentes que saben perdona tienden a tener mejores resultados académicos, a tener mejor bienestar completo, en otras palabras, el rencor te empequeñece, te empobrece y el perdón te libera, en la práctica diaria cuando pidan disculpa de verdad cuando hagan mal, cuando alguien les ofenda de que hablen el tema en lugar de callarlo y guardarlo con resentimiento.
Puedes enseñarles pasos concretos, que reconozca la herida, expresar sus emociones con respeto, decidir perdonar, aunque me duela y restaurar relaciones con nuevos límites si es necesario, un ejercicio bien útil es escribir esa carta que no la tienes que entregar a nadie diciendo todo lo que sientes y luego entregárselas a Dios en oración, esto es algo simbólico, pero es efectivo.
Modela tú el perdón en casa, que te vean perdonar a tu esposo, que te vean perdonara tus padres, que te vean perdonara la vecina imprudente, a esa tía chismosa, a tus hermanos que quizás te han causado heridas, como mamá a veces también tenemos que perdonar a nuestros hijos, perdonarle por las noches en vela, por las malas contestaciones, en lugar de guardar esas heridas llévalas cada en oración y decide con borrón y cuenta nueva. Tus hijos van a prender y van a aprender hacer lo mismo, en tu casa procura no irte a la cama enojada, como nos dice la biblia si hubo algún pleito fuerte quizás puede tomar tiempo resolverlo, peor al menos deseen un abrazo, dile que lo quieres y que mañana hablaran, mañana continuamos esta conversación, cultiva esa cultura familiar del perdón constante y crea un ambiente en tu casa don del corazón está abierto y es sensible al amor y al amor de Dios.
Al fin y al cabo, ¿no es el perdón el núcleo de nuestra fe? Jesús nos perdonó y nos reconcilió con el padre, y anhela que vivamos esa reconciliación unos con los otros, cuando un adolescente aprende a perdonar, aprende a recibir perdón tú estás vacunando su corazón contra la amargura que destruye tantas vidas, en su lugar estás dejando espacio para que florezca la paz, la empatía, esa es una victoria gigantesca en el terreno espiritual de tu hogar.
Hemos recorrido 7 conversaciones, 7 puertas hacia el corazón de tus hijos y quizás te sientas un poco abrumada, pero no me gusta dividirlo, y te preguntarás: ¿Dónde empiezo la pastora? Empieza por la más urgente de todas las 7 conversaciones y escucha este pódcast varias veces, pero empieza por la más urgente, con lo que se dé más natural en tu familia y ve a avanzar poco a poco.
Tú no tienes que hablar de todos estos temas con tus hijos esta misma semana, este un camino a largo plazo, hecho de momentos cotidianos, guiada por el espíritu santo, permíteme darte unas palabras de aliento; nada de lo que siembres en la vida de tus hijos con amor y con verdad será en vano, créele a Dios, puedes que veas pocas muestras que es el resultado, pero en esas conversaciones Dios va a orar en el corazón de tus hijos.
Dios te ha confiado la misión más hermosa en la vida, formar el corazón de tus hijos y Dios te va a sostener en ese camino, si dependiera de nuestra inteligencia de seguro fallaríamos, lo hacemos con la gracia de aquel que es el padre perfecto.
Te dejaré una poderosa promesa bíblica para tu casa, una que nos recuerda que el anhelo de Dios es vernos unidos en amor, Malaquías 4:6 “Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos a los padres” a esa promesa dile Amén esa es nuestra esperanza.
Pídeles al señor que guarde el corazón de sus adolescentes hacia él y hacia ti y que tu propio corazón esté dispuesto a comprenderlo, no necesitamos hogares perfectos necesitamos hogares con corazones dispuestos a perdonar, a escuchar a intentar de nuevo ya esto te toca a ti, oro para que esta semana puedas tener una de esas conversaciones importante con tus hijos para que se les abra el corazón y para que se abra la fe en tu casa.
Hazlo sin perfeccionismo, con tu estilo único, confía en Dios, va a tomar unos peces para que se multipliquen, para que lleguen esos milagros a en tu casa, cosas pequeñas Dios las convierte en cosas grandes, recuerdas el podcast de la semana pasada, tú eres una mujer sembradora de fe, sé sembradora de amor, recuerda que Dios está contigo en cada palabra que hables con tus hijos y Dios está contigo en cada silencio para que los acompañen, la historia de tus hijos no está terminada se está escribiendo y el autor del universo tiene unos planes para ellos y para tu familia.
Mamá, con fe y con corazón abierto en todas estas conversaciones, y Dios te va a acompañar en el camino.
Por último, me gustaría agradecer a todas esas mujeres, que decidieron invertir un par de minutos de su vida leyendo.
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