14 Oct 5 consejos para afrontar los cambios
Por más estabilidad que parezca tener nuestra vida, debemos estar conscientes de que las cosas pueden cambiar. Y a veces, esto es lo mejor que puede pasarnos. Está bien que nos acostumbremos a lo que es normal para nosotros, pero saber que no todo lo podemos controlar, nos hace estar preparados para hacer frente a lo que nos depare el plan de Dios.
Si un día te sientes perdida en las circunstancias, algo te toma por sorpresa o no sabes cómo actuar, recuerda que aunque las cosas se pongan difíciles, un problema no representa tu final. Tu eres más que eso, y si pudiste con lo anterior, con la guía del Padre, podrás con lo siguiente.
Eres fuerte, eres valiente y eres hija de Dios. Eso basta para que ningún reto te quede grande. Aleja el temor y asume el desafío de abrirle las puertas de tu vida a algo que de alguna manera, te va a hacer mejor.
1. Tómalo como una oportunidad de crecimiento
Incluso en las experiencias más desafortunadas, hay oportunidades para crecer. Ese debe ser tu enfoque a partir de ahora.
Pregúntate:
¿Cómo esto me va a ayudar?
¿Qué me está queriendo decir Dios?
¿Hay algo que pueda aprender de esto?
¿Qué provecho divino puede haber a través de esta situación?
En esos planteamientos es donde se esconde la sabiduría que está implícita en los cambios. Cuando haya pasado el tiempo, verás cómo un hecho que al principio te generó dudas, miedo o dolor, te convirtió en una mujer más fuerte.
2. Entiende que no tienes el control
Si has hecho todo lo posible para que las cosas ocurran de cierta manera, y algo al final te cambia los planes, entiende que es lo que tenía que pasar. Recuerda las palabras de Job 2:10: “Todo lo que Dios hace es bueno, todo lo que Dios permite es necesario”.
Cuando sabes que Él es quien tiene la última palabra, simplemente confías en que Su voluntad te mantendrá a salvo, para continuar en tránsito hacia Su divina promesa.
3. Prioriza la oración
Confía tus pensamientos a Dios, para que dé las luces necesarias y te guíe a tomar buenas decisiones. Cuéntale qué es lo que te inquieta, por qué te preocupa este giro de la vida y cuánto estás dispuesta a hacer para que esto te lleve a cumplir tu misión.
Busca en la Palabra de Dios esas respuestas que no encuentras en el mundo. Esa es la verdadera guía para accionar en función de Sus mandamientos. No olvides que Él está consciente de todo lo que hay bajo el cielo y que así como te acompañó antes, no dejará de hacerlo ahora.
4. Confía en Dios y en ti
Puede que no entiendas las razones por las que todo está ocurriendo y que te tome tiempo interpretar los designios de Dios. Sin embargo, ten confianza en Él. Su obra es divina, majestuosa, superior. No esperes menos para tu vida, porque no te defraudará.
También es necesario que confíes en ti y en las herramientas que Cristo puso en tu mente y corazón para afrontar este camino que emprendes ahora. Si Él te dio esta misión es porque está seguro de que puedes lograrlo. Puedes con esto y con mucho más, porque Dios está contigo.
5. Mantén una actitud positiva
Es cierto, a veces no podemos controlar lo que nos sucede, pero recuerda que siempre podemos elegir la actitud que asumimos ante ello. En ti está catalogarlo como un logro o como una derrota.
Hoy quiero invitarte a que hasta en los días grises, conserves una actitud positiva, que sea reflejo del amor de Dios. Tú, como hija de Dios, debes estar confiada en Su voluntad y no renegar jamás de Su nombre. Todo será para bien, siempre y cuando utilices la óptica correcta para verlo.
Una actitud positiva te llevará por caminos de alegría, servicio y bendición. En cambio, si das cabida al desánimo, te quedarás estancada y limitarás el plan divino en tu vida. Aunque algo parezca imposible para el mundo, es posible para Dios. Tú solo déjalo en Sus manos y espera el milagro ante tus ojos.
Gracias por llegar hasta aquí y leer todo lo que con tanto cariño he preparado para hacerte crecer en todas las áreas de tu vida.
Si quieres profundizar más en el tema, te invito a disfrutar del episodio 234 de Mujer, Podcast, titulado: “No me tenía que pasar, pero me sucedió”, 10 lecciones para manejar las sorpresas que nos da la vida.
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