De Ordinario a Extraordinario

11 Nov De Ordinario a Extraordinario

En Génesis 24, se nos narra el momento en que Abraham envía a su siervo a buscar esposa para su hijo, Isaac.  Aquel siervo pidió señal a Dios, diciendo:

“Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor.”  Génesis 24:14 

Y esta doncella fue Rebeca, quien dice la Biblia que se dio prisa a bajar su cántaro sobre su mano, y le dio a beber.  Dice, además, la palabra que se dio prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para sacar agua, y sacó para todos sus camellos. 

La gente con la que Dios hace algo es con aquellas que se dan prisa.  ¿Cuántas oportunidades tú has perdido, porque no te has dado prisa?  ¿Cuántas puertas se han cerrado delante de ti, porque no te has dado prisa?  ¿Cuántas ofertas has podido hacer, pero te has tardado demasiado en prepararlas?  Dios siempre tiene a alguien esperando que tú te muevas con prisa, que tú hagas las cosas rápido, que cuando tú recibas algo de parte de Dios, te muevas rápidamente. 

Esta joven supo obedecer la voz correcta.  Ella escuchó la voz de este siervo, y aquella fue una instrucción especial para ella; porque a veces tenemos que seguir una instrucción pequeña que tiene grande propósito.  A veces, esperamos que el llamado de Dios para nuestra vida se dé con el cielo abierto, que caiga un rayo, que caigas al piso; pero tienes que entender que hay momentos especiales en los que Dios hace algo especial por ti, pero habrá momentos en los que tendrás que tomar decisiones, sin una señal de parte de Dios.  Sencillamente, confía en aquello que Dios ha depositado en tu corazón, y haya o no señal, tú tienes que hacer lo que Dios ha depositado en tu corazón. 

Ese fue el caso de Rebeca.  No tenemos indicio de que Dios le haya hablado; Dios debe haber hablado a su corazón para ella saber que había algo especial que iba a hacer con ella, pero no hay registro de que el cielo se haya abierto, que se le haya aparecido un ángel, que haya tenido un sueño, que haya recibido una palabra, una profecía.  Y tú tienes que entender que, en las cosas extraordinarias, tú haces lo ordinario, y Dios siempre hace el extra.  Pero, muchas veces, le quitamos significado a nuestro destino, porque vemos las cosas ordinarias.  Vemos un día más de ir a sacar agua del pozo, un día más de cargar con el cántaro, un día más de salir con todas las doncellas; pero si Dios tiene un destino para ti, un día ordinario se va a convertir en el día más extraordinario de tu vida. 

Un día ordinario se puede convertir en el día en que Dios desate tu destino.  Un día ordinario, en el que tú sigas una instrucción pequeña, se puede convertir en la bendición más grande de tu vida. 

Rebeca era especial.  Había algo en ella que hizo que aquel siervo enviado por Dios pusiera su mirada en ella.  La hizo especial el que fue eficiente, estaba enfocada, e hizo más de lo que se le pidió.  Porque, cuando Dios tiene una bendición extra para ti, es porque tú eres capaz de dar el extra.  Hay bendición para aquel que, teniendo que caminar una milla con la carga del otro, camina dos; porque Dios siempre bendice a aquel que es capaz de dar la milla extra.  El que más se esfuerza, mayores resultados recibe.  La gente que hace más, Dios tiene algo especial para esas personas.  Hay un destino especial, alguien que siempre está viendo tu esfuerzo extra.  Cuando Booz se acerca a Rut, le dice que todo lo que sobre del campo, ella se lo puede llevar; ella pregunta por qué había hallado gracia ante sus ojos, y le responde:  

“He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. ¹² Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.”  Rut 2:11-12 

Dios siempre tiene a alguien que está viendo el esfuerzo extra que tú estás haciendo.  Rut podría haber hecho lo mismo que Orfa, pudo haber regresado con su familia; pero Rut hizo algo extra.  De la misma manera, lo que hizo que el siervo de Abraham escogiera a Rebeca por encima al resto de las doncellas, fue que ella hizo algo extra, y que lo hizo rápido, en el momento en que tenía que hacerlo.  Rebeca supo, también, dejar a un lado lo que para ella era familiar, y seguir lo espiritual; supo dejar aquello que ella conocía, y salirse de su comodidad y entrar a hacer algo diferente. 

Alguien, de parte de Dios, está viendo tu esfuerzo extra, y Dios va a recompensar tu obra; tu remuneración será cumplida de parte de Dios, porque en él te has refugiado.