La Manifestación de tu Edén

18 Nov La Manifestación de tu Edén

Algo que nos muestra que estamos en el Edén, son las puertas abiertas.  Este término lo vemos mencionado solamente dos veces en la Biblia.  La primera, en Isaías 60:11, nos habla para prosperidad, cuando dice que las riquezas de las naciones serán traídas a ti.  La segunda, en Hechos 16:27, habla de Pablo saliendo de la cárcel, porque nos habla para libertad. 

En el Edén se encuentra contenida la definición de puertas abiertas.  Puedes identificar el Edén en tu vida
cuando hay provisión financiera para ti, y cuando también hay libertad.  

Hay cosas de las que todos necesitamos ser libres.  Necesitamos ser libres de la culpa, de las tradiciones, de los pensamientos negativos, de los hábitos.  Esa libertad viene cuando podemos entender que Dios tiene puertas abiertas para nosotros, puertas abiertas para libertad, y puertas abiertas para prosperidad sobre nuestra vida. 

No hay nada como caminar con puertas abiertas.  Cuando un empleado deja de trabajar en un lugar, hay dos maneras en que se puede ir: O se va con las puertas cerradas, sabiendo que jamás le volverán a dar trabajo en ese lugar; o se va con las puertas abiertas, sabiendo que, si tuviera que regresar, le recibirían con gusto.  

Y nosotros queremos vivir con puertas abiertas.  Tenemos que aprender a vivir con puertas abiertas, honrar nuestra palabra, que nuestro sí sea sí, y nuestro no sea no, para que tengamos el testimonio necesario para tener puertas abiertas.  

El Edén no es un lugar físico.  Cuando Adán pecó, no fue expulsado automáticamente.  No fue sino hasta que tuvo un encuentro con Dios, y Dios le hizo varias preguntas, que entonces Dios pudo entender la conciencia en la que se encontraba Adán, y pudo dar el diagnóstico.  Y el diagnóstico que Dios tuvo para el hombre fue que, en ese momento, no podía estar en aquel lugar.  Pero el Edén siempre iba a estar disponible para el hombre, porque el Edén era una conciencia.  

Adán tuvo la consecuencia de su conciencia, pero tú puedes tener la consecuencia de tu conciencia de que Dios tiene un Edén para ti, que Dios tiene un lugar al que él te ha llamado, que tú vas a poder identificar el momento en específico, que vas a sentir su presencia sobre tu vida, que va a llegar el momento en que no vas a tener que alcanzar las cosas con duro trabajo y fuerza, sino que Dios va a suplir para tu vida. 

El Edén tiene una característica especial, y es que el Edén fue plantado por Dios.  El Edén no fue creado, como el resto de la tierra, los cielos, los animales.  El Edén fue plantado.  Llegar a ese momento de Edén en nuestra vida, con esa presencia, con ese lugar, con las puertas abiertas, con toda esa sincronización, es el producto de la siembra y la cosecha.  

El Edén se planta con semilla.  El Edén de Adán, Dios lo plantó.  Dios está listo para darle
crecimiento a tu Edén, falta que tú siembres la semilla correcta.  

Dios está listo para dar la provisión para tus sueños, y una de las maneras de obtener provisión es plantando la semilla correcta.  Cuando quieres puertas abiertas, por ejemplo, tienes que aprender a abrir puertas para otras personas.  

Quizás hay ciertas de estas manifestaciones del Edén que se han desatado en tu vida, pero quizás hay otras que todavía no se han sincronizado.  Para que esto ocurra, tienes que sembrar la semilla correcta, porque el Edén en tu vida es plantado.  

Si la creación ya estaba completa, ¿por qué tenía Dios que plantar un Edén?  Para que el hombre tuviera el modelo de cómo hacer su Edén.  Dios le había dado la clave a Adán.  Adán lo que tenía que hacer era plantar, sembrar, para que aquel Edén volviera a producirse en su vida.  

El Edén se va a manifestar en tu vida, Dios le va a dar crecimiento, falta que tú siembres la semilla correcta.  

Mensaje Especial predicado por Pastora Omayra Font el Domingo 2 de Octubre de 2011

Código del Programa: OF10022011DAM