Una Nueva Generación

17 Feb Una Nueva Generación

“⁴² Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. ⁴³ Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.”  Marcos 5:42-43 

Estos versos hacen referencia al momento en que Jesús resucita a la hija de Jairo.  Aquella niña no solo resucitó, sino que se levantó y caminó, y Jesús ordenó que se le diera de comer.  Cuando uno está enfermo, en cama, y apenas está saliendo de esa enfermedad y se acaba de levantar, muchas veces, lo menos que pensamos es en comer.  Pero aquella niña necesitaba comida porque, aunque ella se acababa de levantar de entre los muertos, se levantó como si nada hubiera pasado.  Y eso es lo que hace Dios en tu vida.  Tiene que llegar el momento en que tú te levantes como si nada hubiera pasado. 

La hija de Jairo tenía doce años, por lo que podemos estar de acuerdo en que era ya una jovencita.  Y enfatizamos tanto en que los jóvenes tienen la oportunidad de levantarse nuevamente, que hay muchas personas que, cuando piensan en una nueva generación, creen que tiene que ver con la edad; pero no necesariamente es así. 

“Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor.”  Hechos 9:39-42 

No fue casualidad que fuera a Pedro a quien llevaran delante de esta mujer.  Cuando Jesús hizo el milagro de resurrección con la hija de Jairo, Pedro estuvo allí y vio lo que ocurrió en aquella joven, y ahora él hizo lo que había aprendido de Jesús.  

Debes procurar estar con personas que hacen cosas más grandes que las que tú haces.  Rodéate de personas que hayan alcanzado cosas que tú deseas alcanzar, porque lo que ves que otro pudo hacer, eventualmente tú lo harás también.  Cuando llamaron a Pedro para aquella situación, seguramente lo que vino a su mente fue la experiencia que había visto con la hija de Jairo.  Ante una situación, lo que debería venir a tu mente es lo que hizo Cristo hizo en algún momento.  La Biblia nos relata que tal como hizo Cristo, Pedro también.  Cuando Pedro se enfrentó a aquel lecho de muerte, usó casi las mismas palabras que usó Jesús con la hija de Jairo.  Cuando Jesús levantó a la hija de Jairo dijo, “talita cumi”, que significa “joven, levántate”; Pedro dijo, “tabita”, que significa “mujer”.  Aunque las palabras son prácticamente iguales, es muy importante la gran diferencia que hace una sola letra.  

Si suponemos que tuvieras que elegir entre la vida de un joven y la vida de un adulto, ¿cuál escogerías?  Así mismo vemos padres escogiendo entre el bienestar de sus hijos y su propio bienestar.  Escogen entre sus sueños y los sueños de sus hijos.  Seguramente, escogerías la vida de tus hijos, y lo harías porque acostumbramos a pensar que, mientras más joven, hay más oportunidades.  Cuando vemos a un joven en problemas, nuestro corazón se siente más que cuando vemos a un adulto, y pensamos que cómo es posible que siendo tan joven esté tan mal; pero nuestra edad no está, necesariamente, ligada a nuestro propósito.  

Hemos pensado que mientras más jóvenes somos, más oportunidades tenemos.  Acostumbramos a decirles a los jóvenes que ellos todavía tienen oportunidad. Y definitivamente, Dios les dice a los jóvenes que, a pesar de las situaciones que han tenido a su temprana edad, aún hay esperanza de levantarse.  Creemos con todo el corazón que Dios está levantando una generación poderosa de jóvenes que van a cambiar tu nación.  Pero la Biblia nos relata estas dos historias, muy parecidas, y con un final muy similar; una, de una niña, y otra, de una mujer.    

Muchas veces, los adultos son los que se gozan con la palabra que se da en la iglesia, pero cuando salen por la puerta, rápidamente, piensan que esa palabra no es para ellos porque creen que su tiempo ha pasado. Pero tiene que levantarse una nueva generación de personas que sepan que el propósito de Dios para sus vidas no tiene que ver con la edad, con las experiencias, o lo que haya pasado.  No importa si te corresponde el “talita” o el “tabita”, lo importante es que te levantes.  Quizás pienses que el caso de Dorcas es diferente, y que tu tiempo ha pasado, pero Dios te dice en esta hora LEVÁNTATE, porque no importa si el tiempo ha pasado, Dios tiene algo nuevo y especial para ti.  

Mensaje Especial predicado por Pastora Omayra Font Domingo 6 de Marzo 2005

Código del Programa: OF03062005D_M C