Cultiva tu soltería con Dios.

Cultiva tu soltería con Dios.

La soltería, generalmente, se aborda con cierta tristeza y desánimo. En algunas familias y culturas, se toma como si fuese una especie de enfermedad, donde las solteras de la familia llegan a ser una especie de grupo de muestra de una “enfermedad rarísima” que nadie debería padecer, cuando no tiene que ser así en absoluto.

Si bien como toda etapa de la vida, la soltería tiene sus propios retos y desafíos. Puede ser maravillosa y la base para crear el futuro que tú y solo tú deseas para ti misma. Ser soltera es un tiempo que te regala el Padre para cultivar aquello que hay dentro de cada una de ustedes y no para marchitarse.

Quienes me conocen saben que me encanta la jardinería y que en mis tiempos libres me dedico a mi jardín. Y qué mejor que usar las plantas como metáfora para ilustrar bien qué pasa con la soltería y la mujer.

Existen muchos tipos de plantas: hay plantas que necesitan del sol para crecer y florecer, otras requieren muy poca agua, unas muchísima, y están las que crecen mejor en la sombra. Lo que quiero decir es que no todas prosperan de la misma forma, ni requieren los mismos cuidados para florecer y crecer.

Lo mismo pasa con nosotras. Para evolucionar y florecer, pasamos por diferentes etapas y requerimos cuidados distintos; si los tomamos, lo más seguro es que vamos a florecer. Estar soltera no es signo de estar marchita; es simplemente otra forma de florecer.

Y tú dirás: “Pastora, ¿y quién cuida de mi planta si no tengo pareja?”. Pues, tienes dos cuidadores exquisitos: tú misma y Dios. ¿Qué jardinero más experto quieres? Dedicar nuestra soltería a Dios y caminar de Su mano nos hará florecer sin importar el entorno, con flores de hermosos colores y agradable olor.

Sé que como todo, requiere de una guía para facilitarnos la vida. Y aunque no todas experimentan la soltería de la misma forma ni vienen de las mismas fuentes, creo que estos pasos le sirven a todas si los adecuas a tu contexto.

El primer paso fundamental es vivir para Dios: dime, ¿alguna vez has ido a una montaña o playa donde la vegetación no esté bien cuidada? Aunque pasen las estaciones y a veces el verano sea un poco fuerte, al llegar el momento propicio, Dios la riega y empieza a crecer, e incluso algunas plantas lucen espectaculares durante todo el año, siendo cuidadas directamente por la mano de el Padre. Entonces, ¿por qué eso no pasaría en ti?

Conectar con Dios es un regalo. Tomarse el tiempo para fortalecer la relación con Él nos permite ver mejor la vida, nos hace fuertes y nos enseña qué merecemos, que somos abundantes y a vivir el presente como un obsequio.

El segundo paso es conectar contigo misma. Imagínate lo poderosa que puedes llegar a ser con la ayuda de Dios y teniendo un verdadero concepto de lo que quieres, de quién eres y lo que deseas de la vida. Sé consciente de todo aquello que puedes lograr; el amor propio es el abono más poderoso que puedes usar para cultivarte a ti misma.

Existen otros cinco pasos que te ayudarán a vivir tu soltería como lo que realmente es: una bendición. Descúbrelos ya en el episodio número 203 de “Mujer, Podcast”: cómo vivir la soltería como una bendición, en tu plataforma favorita. 

¿Estás lista para ser la planta más hermosa de tu jardín?

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