18 Nov Aprende a preservar el bienestar en tu entorno
¿Sabes cuán importante es tu entorno para tu realidad? ¿Sabes que eres el promedio de las cinco personas que te rodean? ¿Sabes que tu familia y tu comunidad pueden influir tanto positiva como negativamente en ti?
A veces creemos que todo el trabajo depende de nosotros, y aunque el punto de partida de lo que tenemos enfrente nace en nuestra mente y viene de Dios, el entorno que manejamos tiene un gran impacto.
Por ello, debemos procurar tener un entorno que sea de construcción y no de destrucción. Es prudente contar con una comunidad que nos respalde, y a la que podamos ayudar en los momentos en los que se requiera.
¿Cómo preservar un entorno de bienestar?
Mantén una actitud positiva
Recuerda que en gran medida, recibes lo que das. Por ello, conviértete en una persona positiva, capaz de transmitir sentimientos optimistas y que tenga una energía entusiasta. Trata a los demás con cariño, agradece a Dios por cada momento de tu existencia, sonríele a la vida siempre.
En la medida que abraces esta actitud, te rodearás de personas que también la tengan. Promoverás que tu entorno sea enérgico, armonioso y genuinamente feliz, y recibirás lo mismo de vuelta.
Es mucho más agradable hablar con una persona que te animó con soluciones, a conversar con alguien que te condena y te da más problemas de los que ya traías. No seas esa persona que siempre pone trabas, excusas y pesadez al ambiente. Más bien, recuerda ser ese faro que refleje la luz de la Gracia de Dios.
Aprende a poner límites
A veces la simpatía y la indiferencia pueden hacer que seamos permisivas. No consientas que las personas crucen límites que vayan más allá de lo que es correcto. Esto aplica para tu familia, tu hogar, tu trabajo y tu vida personal en general.
Hay que saber cuándo decir “no”, simplemente para tener una mejor calidad de vida. No sientas culpa por negarte a algo que no te suma. Preserva tu bienestar. Sí, desde el amor, la empatía y el servicio a los demás, pero sin sacrificar tus principios morales y éticos.
De eso también se trata la preservación de un buen entorno, donde quienes te rodean respeten tus decisiones, tu privacidad y tu libertad en Cristo Jesús.
Sé constructiva y no destructiva
Como todos somos diferentes y nos relacionamos, es muy probable que surjan situaciones que nos mantengan en desacuerdo. Esto es muy normal, pero debemos saber cómo manejarlo de la forma más adecuada.
Siempre es mejor enfocarnos en las soluciones, más que en las culpas y los problemas. No te quedes con rencores o incomodidades. Pide sabiduría a Dios para que te guíe por la ruta de la prudencia y te permita reflejar Su infinito amor por medio de tus acciones.
Exprésate con sinceridad, pero considera la forma de pensar de los demás. Aporta en positivo. Busca que el vínculo crezca en madurez. Aprende a decir las cosas. Establecer una buena comunicación, donde reine la asertividad, es fundamental para preservar un entorno saludable. Recuerda que no todas las personas pensamos igual y que algo que para ti puede ser obvio, para otra persona puede ser un descubrimiento.
Evita las suposiciones
Suponer, imaginar que el otro pensó o dar cosas por sentado es muy dañino para las relaciones humanas. La claridad y la comunicación efectiva son vitales para evitar conflictos generados por la falta de entendimiento.
Donde hay buenas intenciones, hay soluciones. No temas expresarte con la mayor simpleza y darle la oportunidad a otros de que lo hagan. La comunicación es bidireccional y así como tú tienes la posibilidad de decir lo que piensas, también debes darles a los demás la oportunidad de ser escuchados y atendidos como se merecen.
Te agradezco mucho que hayas llegado al final de esta lectura que con tanto cariño preparé para ti. Y si te gustó esta temática, estoy segura de que también disfrutarás de mi podcast. Ya está disponible en tus plataformas digitales favoritas el episodio 239 de Mujer, Podcast, que se titula: “Deja de intentar ser mejor y aprende a ser nueva – Parte 2”. Te fascinará. Éxitos y una lluvia de bendiciones para ti.
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