19 Nov ¿Cómo transformar el fracaso en bendición?
¿A quién le gusta fracasar? A nadie. Es cierto que a lo largo de la vida muchas de nosotras hemos aprendido a ver el fracaso como algo malo. Nos sentimos tristes, insuficientes y hasta frustradas al no lograr algo que queremos.
La desesperación al vernos “derrotadas” nos puede llevar a volver a patrones antiguos o a abandonar el camino que nos hemos trazado para lograr nuestros propósitos.
Lo cierto es que más allá de las emociones que el fracaso es capaz de generar, se encuentra una gran oportunidad que podemos aprovechar por medio de estas herramientas que te compartiré a continuación.
Aprende la lección
Las cosas malas pasan, y ya sea que ocurrieran a consecuencia de algo que hicimos o se dieran de una manera espontánea, siempre hay una lección para aprender. Cuando sientas que una situación en la que estabas involucrada fracasó, pregúntate qué puedes aprender a partir de este desacierto.
Posiblemente, serás más precavida una próxima vez, tomes acciones iniciales distintas o cuides más los detalles. Pueden ser tantas cosas, y no siempre son externas. A veces se trata de ser más confiadas, más valientes o incluso, más pacientes en nuestro día a día.
No permitas que te definan
Sí. Puedes haber cometido un error, pero no quiere decir que esto te condene eternamente al fracaso. Todos nos equivocamos porque no somos perfectos. No nos hace malos, indisciplinados o incapaces. No desmerites tu camino por un hecho aislado.
A veces, somos jueces muy radicales con nuestras propias acciones y cuando la culpa nos inunda, solo abundan las tormentas en nuestro mundo espiritual. Perdónate de corazón y entiende que son cosas que pueden pasar y van a pasar. Sin que esto te quite convicción, motivación ni ningún tipo de merecimiento.
Cree que eres capaz y demuestra por medio de tu esfuerzo, que eres excelente. Dios ya puso en ti las herramientas para sacar adelante las tareas que tienes en tu camino. Confía en tus habilidades, dale valor a tus esfuerzos y JAMÁS dejes de creer en tu potencial.
Reconoce tus vulnerabilidades
Sé humilde para aceptar tus sombras. Encuentra e identifica esos aspectos en los que tienes que trabajar para tener una vida mejor y más alineada con los valores cristianos.
Cuando conocemos nuestras vulnerabilidades podemos tomar los correctivos necesarios para trabajarlas. También ponemos más atención en estos puntos para evitar que irrumpan en nuestra buena labor. Y por último, pero no menos importante, al darle nombre a eso que no nos deja avanzar, lo ponemos en oración y se lo entregamos a Dios para que Él, con Su sabiduría eterna, nos ayude a encontrar solución de la mejor manera.
Afirma en positivo
Si el miedo te tambalea, busca la respuesta en la Palabra de Dios. Si a menudo te sientes desanimada, busca la solución en la Palabra de Dios. Si no sabes cómo controlar esa ansiedad que te generan ciertas situaciones, busca dirección en la Palabra de Dios.
Siempre en las Escrituras encontrarás el camino de regreso a Su Gracia. Cada vez que un pensamiento negativo o una tentación venga a tu mente, utiliza afirmaciones positivas para lograr contrarrestarlo. Sé firme en tu convicción y convéncete a ti misma de que esto pasará.
Declara tu victoria. Pronuncia la Palabra de Dios que desde hace mucho tiempo, te dio por ganadora. Ten “claves” positivas que sirvan para levantar tu ánimo y recordar todo aquello que Él ha hecho por ti. Atesora las pruebas de Su fidelidad y la infinita misericordia que te ha entregado a lo largo de tu vida. No temas, más bien utiliza el poder creador de tus palabras para crear la realidad que tú quieres vivir.
Hemos llegado al final de esta lectura y espero que la hayas disfrutado tanto como yo. Hoy quiero invitarte a sintonizar el episodio 239 de Mujer, Podcast, que se titula: “Deja de intentar ser mejor y aprende a ser nueva – Parte 2”. Será de mucha instrucción y motivación para tus nuevos propósitos. Que lo disfrutes en tu plataforma digital favorita.
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