¿Cómo es la verdadera Navidad?

¿Cómo es la verdadera Navidad?

La Navidad es luces, regalos, viajes y momentos llenos de euforia. Adornos y árboles decorados abundan en casas, plazas y por cualquier lugar. Esa es la Navidad que conocemos, y la que se ha instaurado en nuestra sociedad. Cuando hablamos de Navidad nos referimos a una palabra que se deriva del latín y que se traduce en su forma más simple como nacimiento. Esta festividad, que se celebra cada 25 de diciembre, corresponde a la conmemoración del nacimiento de Jesús, el hijo de Dios. 

A pesar de que la fiesta central es el día 25, durante mucho antes la gente empieza a prepararse para celebrarla. En familia, entre amigos, con la comunidad de la Iglesia. Gran parte de los festejos del mes gira en torno a esta efeméride, que se extiende por todo el mundo. En la mayoría de los países, la temporada navideña está asociada con prosperidad, abundancia y movilidad. También suele ser un tiempo de compras, gastos y mucho movimiento comercial. 

Sin embargo, hay mucho más que buscar en la temporada navideña y tiene más que ver con nuestro estado interno que con cualquier festejo externo. Quédate para que juntas descubramos por qué este período es tan especial y puede ser de tanto crecimiento para la vida de cualquier persona cristiana. 

¿Cómo es la verdadera Navidad?

Cuando hablamos de la “verdadera” Navidad no nos referimos a que otra sea falsa, sino que la esencia de la temporada hace que una tenga más propósito que la otra. 

Vivir este período de forma plena implica hacer una búsqueda interna y una introspección para darnos cuenta de qué es lo que el nacimiento de Jesús viene a decir a nuestras vidas. Los cristianos comprometidos deben abrir su corazón a la Palabra de Dios, especialmente en estos días, para discernir sobre Su propósito y hacer crecer el vínculo con el Señor. 

Esta etapa es de profunda alegría, por el nacimiento de la esperanza, la fe y la gratitud con el Padre, por haber puesto a Su Hijo en la Tierra como una forma de demostrar el profundo amor que siente por la humanidad. Pero también debe haber una gran reflexión sobre la manera en la que estamos viviendo nuestros días y si estamos en el camino correcto, ese que Él nos trazó para llegar a la victoria que nos prometió. 

En esta Navidad, tómate el tiempo de tener ese vínculo íntimo con el Señor. Para hablar con Él sobre lo que te preocupa, para agradecerle por todo lo bueno que ha hecho en tu vida y para expresarle tu confianza en Sus planes. Entrégale tus propósitos, muéstrale que tu fe es más grande que tus dudas, permítele entrar a tu vida y adueñarse de cada uno de tus pasos. Ello con la convicción de que lo Él quiera para ti siempre va a ser lo mejor que pueda suceder. 

Que con el nacimiento de Jesús, también nazca en ti la intención de ser transformada, de ser renovada por la Gracia de Dios. Que nunca dudes de Su amor y que entiendas que como Padre amoroso, no hay ningún reto que le quede grande si de tu bienestar se trata.

Qué bueno que hayas completado esta lectura y espero que haya sido de bendición para tu vida. Aprovecho para invitarte a profundizar más en este tema, a través del más reciente episodio de Mujer, Podcast, titulado: “Navidad, un tiempo de renacer y transformación interior”. El capítulo 243 ya está disponible en tus plataformas digitales favoritas, así que no te lo pierdas. Te bendigo de forma abundante a ti y a toda tu familia.

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