04 Dec ¿Cuál es la diferencia entre el deseo y el anhelo?
Deseo y anhelo son dos palabras que se escriben diferente, pero que expresan lo mismo. Si lo observas bajo una óptica superficial puede que tengas razón, pero si lo revisas con profundidad verás que hay una diferencia abismal entre un término y el otro.
Recuerda lo que te dije en el episodio 240 de Mujer, Podcast. Existe una diferencia entre desear y anhelar algo. El deseo es como la lluvia que cae sobre la tierra seca. Refresca de manera momentánea, pero ¿sabes lo que pasa? Rapidito se evapora. Por su parte, el anhelo santo es como un río subterráneo, constante, profundo e imparable.
Anhelar va mucho más allá que desear. El deseo es algo que mueve, pero es efímero. Cuando menos lo piensas se esfuma, se disipa y se va. En cambio, cuando tú anhelas algo, lo buscas desde los lugares más profundos de tu alma y corazón. Haces que las cosas sean posibles y te mueves por medio de ese anhelo capaz de cambiarlo todo.
El anhelo y su importancia para el poder interior
¿Sabes cuál es el paso fundamental para lograr activar el poder interior? Anhelarlo. Sí, así de sencillo. Tu anhelo santo será lo que activará ese poder que reside dormido dentro de tu alma.
Si no lo anhelas con todo tu corazón, pasarán muchas lunas antes de que veas cualquier cambio en tu realidad. Tú sí tienes un poder incipiente y total, pero, la verdadera diatriba viene de la disposición de despertar ese anhelo santo que te hará activarlo. El nivel de tu disposición es lo que hará la diferencia entre una vida normal y una extraordinaria.
Por eso, mujer, hoy te aconsejo que te despiertes de ese letargo en el que has estado hasta hoy. Cada día que dejas de moverte hacia tu verdadero potencial, es un día en el que el mundo se ve limitado por la subutilización de tus capacidades.
A pesar de que todo parte de una decisión tuya, esto no se trata solamente de ti. Tu despertar influirá en toda una generación de mujeres que buscan ser inspiradas por la valentía de la virtud, el propósito y la semejanza de Dios.
No tienes que trabajar por ello, ni pedirle permiso a nadie, tienes que tomar la decisión y anhelar desde lo más profundo de tu ser, activar tu propio poder. Eres capaz de mucho más de lo que has logrado ver hasta ahora.
La fuerza de tu voz rompe las cadenas. La contundencia de tu libertad acaba con los yugos. Tu poder es inmenso, incomparable y santo, en el nombre de nuestro Señor, Jesucristo.
Regocíjate ante todos estos regalos divinos que te fueron concedidos. Y anhela ir más allá de las aguas superficiales, porque el poder de Dios yace en las profundidades y se expande a lo largo y ancho del mundo. Él goza de soberanía, Él es absoluta omnipotencia, Él es digno de toda alabanza y amor.
Tú eres Su hija y Él ya puso en ti todo el poder que merece tu obediencia. Úsalo en favor de las buenas causas, mueve las masas hacia Él, sé multiplicadora de Su mensaje. Él te recompensará con la dicha del deber concretado y te cumplirá cada una de las promesas que te hizo.
¡Qué alegría! Llegaste al final de esta sentida lectura. Espero que la hayas disfrutado tanto como yo. Anhelo que mis palabras te ayuden a edificar tu ser y a crecer en sabiduría. Si este tipo de temas llaman tu atención, estoy segura de que también te encantará el episodio 240 de Mujer, Podcast, que se titula: “Activa tu poder interior”. Cada lunes se estrena un nuevo capítulo en tus plataformas digitales favoritas. Te invito a disfrutar de esta edición y espero verte por aquí con mucha frecuencia. ¡Bendiciones infinitas para ti y tu familia!
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