Un nuevo año, una nueva oportunidad

Un nuevo año, una nueva oportunidad

Cerrar un año es como cerrar un ciclo. Lejos de hacerlo desde la tristeza o desde el miedo, es de mucho provecho ver esto como una manera de volver a comenzar con más fuerza, sabiduría y amor. Estamos a punto de cerrar un año lleno de altas, bajas y medianas, con momentos especiales, días felices y otros difíciles. Sin embargo, recuerda siempre que cada experiencia positiva es una oportunidad de alegrar el alma y cada situación negativa es una oportunidad de aprender importantes lecciones que duran para toda la vida. 

En este nuevo comienzo, tienes la oportunidad de identificar cuáles son los puntos débiles que no te permiten avanzar y cuáles son esas partes de ti que merecen todo tu reconocimiento. No temas detenerte a pensar. En esos momentos es donde podemos rectificar el camino y tomar la dirección correcta para ser quienes Dios quiere que seamos.

La autoevaluación como herramienta de crecimiento personal

¿Por qué nos cuesta tanto autoevaluarnos? ¿Por qué se nos hace difícil vernos a nosotros mismos? ¿A qué le tenemos miedo? ¿O qué es eso de nosotros que no queremos ver?

A veces, el término de evaluación y, especialmente, el de autoevaluación, genera un poco de temor porque se relaciona con el juicio. Pero no siempre tiene que ser así. Evaluarnos incluso puede ser una manera de asegurar la reivindicación de nosotros mismos. Los resultados positivos también se descubren por medio de la autoevaluación. Incluso, si hubiera algo por mejorar de nosotros mismos, solo revisándonos podemos darnos cuenta de ello. 

Puedes crecer en la medida que entiendas que es normal tener puntos de mejora. El único soberano, inequívoco, absoluto y omnipotente es Dios. De resto todo es vulnerable, así que no vivas con la presión constante de que todo deba ser perfecto, porque solo lograrás agotarte de eso. En esta nueva oportunidad que Dios te da de abrir una puerta al bienestar, disfrútalo desde la humildad. Pon en manos de Dios cada uno de tus planes y entiende que Él conoce tus miedos, tus aciertos, tus errores y la verdad de tu vida. Él fue quien te dio tus dones y vio tus capacidades desde el vientre de tu madre. 

No hay quien te entienda más que Él. Por eso, en este nuevo año, déjate caer en Sus brazos y permítele ser el soporte que cimienta tu vida. Allí no hay temor ni dudas ni inquietudes, porque el Padre es el absoluto Creador de todo lo que está bien.  Agradécele por seguir confiando en que puedes alcanzar tu propósito y pon toda tu energía en honrar Su nombre y promover Su Palabra. Decreta que tu vida estará inundada de amor, abundancia, alegría y bendición plena, porque así Él lo quiso y así se hará. 

Empieza el 2025 con la convicción de que este será el mejor año de tu vida, y efectivamente, Él lo hará realidad. 

Te agradezco mucho por haber llegado al final de esta lectura. Espero que te ayude a reflexionar y a ver las cosas de la manera en la que Dios quiere. Deseo que sea de gran bendición para tu vida y que puedas seguir creciendo a través de los testimonios que comparto en mis plataformas. Si te gustó este tema y quieres profundizar más al respecto, escucha el más reciente episodio de Mujer, Podcast, titulado: “Cierra el año con una visión clara para el futuro”. El capítulo 244 ya está disponible en tus plataformas digitales de tu preferencia.

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