Desafíos comunes para el establecimiento de rutinas y cómo superarlos

Desafíos comunes para el establecimiento de rutinas y cómo superarlos

Cuando empieza el año e incluso el mes, siempre tenemos el impulso de mejorar aquello que no hicimos en el ciclo anterior y decidimos “comenzar de nuevo”. Nos llenamos de motivación y de ganas de conseguir ese objetivo que nos mueve y de hacer de cada acción un paso firme hacia nuestro propósito. 

Pero no siempre las cosas salen exactamente como queremos. En el camino nos vamos “desinflando” y desviando de eso que al principio nos llenaba de pasión y terminamos por abandonar el reto de ser mejores en esa área de nuestra vida que escogimos. Eso también pasa con las buenas rutinas. Las reconocemos como excelentes, decimos que lo vamos a hacer y luego, lo dejamos.

Hoy, además de motivarte a que descubras cómo lograr establecer una rutina de puro éxito y provecho, quiero mostrarte cuáles son los desafíos más comunes que debes superar para que estas buenas rutinas se mantengan en el tiempo. Descubre cuál es tu talón de Aquiles y vislumbra maneras de superarlo, sin perder tus ganas de crecer en el camino. 

¿Cuáles son los desafíos comunes para el establecimiento de rutinas?

Falta de realismo

Para trazarnos una rutina y poder cumplir con ella, debemos estar muy aterrizados en nuestra realidad. No puedo poner en mis hábitos matutinos ir a nadar a las 6:00 de la mañana si la piscina me queda a una hora de la casa y debo ir a trabajar a las 7:00 a.m. Simplemente no es viable. Entonces, para adquirir buenos hábitos y que estos puedan ser sostenibles debemos ser sinceras y realistas con nosotras mismas. 

¿Qué puedo hacer? ¿Puedo hacerlo todos los días? ¿Disfruto esta forma de hacer las cosas? Cuando nos ponemos objetivos poco realistas solemos desmotivarnos en el camino e incluso rechazar la posibilidad de retomar, al encontrarnos cansadas y frustradas por el resultado obtenido. 

Falta de tiempo

Distribuir bien el tiempo y organizarte en función de tus actividades es fundamental para la continuidad de los hábitos que incluyas en tu rutina. Mira las cosas que tienes que hacer, las tareas del hogar, la entrada a tu trabajo, el tiempo con tu familia y haz una especie de horario que te guíe para que puedas cumplir con cada uno de tus roles sin descuidar el otro y sin descuidarte a ti. 

Procrastinación

Así como en ocasiones no disponemos de tiempo, hay veces en las que no tenemos voluntad y proactividad. Nos gana la pereza y dejamos que se nos pase el momento sin haber hecho nada de lo que dijimos que íbamos a hacer. Y al final del día, queremos cumplir con todo a la vez y nos agotamos tanto física como mentalmente. Este es un desafío que debemos identificar y hacer lo posible por no dejar avanzar. Procrastinar es aplazar y aplazar, muchas veces, es perder el enfoque. Así que levántate, cumple contigo y verás cómo los caminos de Dios se alinean para la victoria en tu vida. 

Falta de fe

Como todo en la vida, si se lo entregamos a Dios, hacemos que Él nos muestre la mejor ruta. Si no tienes fe en Dios y en las herramientas que Él ha puesto en ti para lograr crecer en el aspecto que tú decidiste, es probable que te desmotives rápido y que con el pasar de los días, vuelvas a viejos y nocivos hábitos. Por eso te recomiendo que los ajustes que quieras hacer en tu vida, se los entregues a Dios en oración y le pidamos que nos haga sabias, prudentes, virtuosas y asertivas en nuestras acciones y decisiones. 

Qué alegría que hayas llegado al final de este texto y si te gustó la lectura, te invito a disfrutar del episodio 247 de Mujer, Podcast, que se titula: 7 hábitos matutinos que transformarán tu día (y tu vida). Ya está disponible en tus plataformas digitales de preferencia. 

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