
19 May 264: Cómo Soltar lo que ya No Te Construye
En algún momento te has sentido atrapada en compromisos, en proyectos, en situaciones que sinceramente no te permiten avanzar, esa sensación de estar amarrada a algo que, en lugar de construirte, de ayudarte en lugar de progresar, te desgasta, te drena, te roba La paz y sabes qué, si has estado ahí, yo te entiendo, porque a mí me ha pasado más veces de las que me gustaría contar.
Muchas veces me he encontrado invirtiendo tiempo en energía, hasta las lágrimas, en cosas que yo pensé que valían el esfuerzo, pero en algún momento me di cuenta de que solo estaban ocupando espacio en mi mente, en mi corazón y en mi tiempo.
Quiero hablarte de eso, de cómo aprender a soltar lo que ya no te construye. Hay algo que debes tener claro. Desde el principio de este episodio no estamos hablando de abandonar ni la responsabilidad de familiares ni compromisos matrimoniales.
Mi mensaje siempre es claro al respecto, como pastora y como mujer de Fe, sé que el matrimonio y la familia, son 100% sagrados y que a veces hay gente malintencionada que utiliza mensajes como el que yo te voy a hablar en el día de hoy y enseguida lo utilizan como una excusa para salir de cosas que son sagradas, como la Familia y el matrimonio.
Quiero hablarte de aquellos patrones, relaciones, incluso hábitos y proyectos que no aportan a tu vida y que quizás tú sigues cargando por miedo a equivocarte o por miedo a lo desconocido. Te voy a enseñar cómo identificar lo que ya no te construye. ¿Por qué tenemos que soltar? Y no necesariamente eso significa que estamos abandonando algo, sino que creamos espacios nuevos.
Te voy a dar como siempre, como en todos los episodios de mujer podcast, estrategia práctica para despedirte de la culpa del miedo y con certeza entender cuando estás haciendo lo correcto. Vamos a desempolvar esos rincones donde se ha acumulado lo que ya no sirve y vamos a crear espacio para lo que realmente aporta. Hoy te hablaré cómo soltar lo que ya no te construye.
¿Conoces tú como mujer como soltar lo que ya no te construye? ¿Alguna vez te has preguntado de los patrones, relaciones, hábitos y proyectos que no aportan a tu vida? ¿Sabías que existe estrategia práctica para despedirte de la culpa del miedo? ¿Me creerías si te dijera que el problema no es solo cargar con lo que no te construye, sino acostumbrarte tanto a ese peso que hasta lo normalizas en tu vida? ¿Sabías que el acto de soltar no significa ignorar el miedo, sino el elegir el avanzar a pesar de que estoy sintiendo miedo?
¿Te has preguntado si tienes la capacidad de responder con toda seguridad estas preguntas? Me gustaría leer tus respuestas a estas preguntas, en la caja de comentario.
Terminando con lo anterior, continuemos nuestra lectura.
¿CÓMO RECONOCER LO QUE YA NO TE CONSTRUYE?
Yo no sé si tú entiendes cuál es uno de los desafíos más grandes que tenemos las mujeres para soltar, para identificar aquello que ya no aporta a nuestra vida. Muchas veces no soltamos las cosas porque ni siquiera hemos reconocido que no aportan a nuestra vida. Nos acostumbramos tanto a ciertos proyectos, a ciertas amistades, hábitos que asumimos que siempre van a estar ahí y aunque ya no nos beneficie, los dejamos que permanezcan ahí.
El problema no es solo cargar con lo que no te construye, sino acostumbrarte tanto a ese peso que hasta lo normalizas en tu vida. Cuando lees Jeremías 6:16 “Paraos en los caminos, y Mirad, y preguntad por las sendas antiguas cuál sea el buen camino, y andad por él, Y hallaréis descanso para vuestra alma”. A veces necesitamos pararnos, necesitamos reflexionar, necesitamos preguntarnos: ¿esto que estoy sosteniendo, realmente edifica mi vida o solo lo cargo por costumbre? ¿Lo cargo por miedo al cambio?
En el mundo empresarial esto no sucede muchas veces, tenemos grandes ideas, trabajamos con empeño hasta el cansancio por esa idea, porque somos visionarias y vemos oportunidades increíbles, pero cosas suceden que no están en nuestro control. Y esas grandes ideas de repente se convierten en una carga que no te permite avanzar hacia lo que realmente tú quieres lograr.
Toma tiempo para aceptar estas realidades. A mí me ha pasado muchas veces, me refiero a sentir que soltar parece que es traición, me siento como que he fracasado, pero déjame decirte algo: soltar no es tan solo abandonar, sino que soltar también es hacer espacio para lo que Dios realmente quiere hacer en tu vida.
Yo quiero invitarte a que tú hagas una lista de esas actividades, relaciones, proyectos que tú sientes, que ya no están construyendo propósito, que no te construyen. Escribe sin juicio, Y luego pregúntate:: ¿esto, sigue alineado con lo que Dios está haciendo mi vida en el día de hoy? Yo con lo que yo quiero hacer en mi vida. Si la respuesta es no, mira alguna de esas cositas que has identificado en esa lista; quizás ya es el momento de soltarla.
¿Y qué es lo que sucede entonces? Que nos llega el miedo a soltar y no llegamos a ese momento, en ese espacio, en esa relación con Dios donde podemos confiar, soltar, puede sentirse saltar al vacío. Hay veces en que el solo pensamiento de dejar atrás lo que conocemos provoca un nudo en nuestra garganta, un nudo en nuestro estómago, una serie de preguntas que nos hacemos constantemente, y si me arrepiento después? Y si no hay nada mejor después de esto, Ay, Dios mío, es si el dolor es peor que el alivio o como decimos en Puerto Rico, si remedio peor que la enfermedad.
El miedo a soltar es real, pero no tiene que ser determinante y último que te detenga de hacer todo.
Vamos a hablar de algo importante: eso que le llaman y la zona de comodidad. Para nosotros. No siempre es un lugar placentero, porque como tiene esa palabra, comodidad, confort en inglés, verdad pensamos que pastora es que usted. Si usted supiera de verdad qué es lo que yo estoy viviendo, no es placentero. ¡Ah! Pero déjame explicarte: hay cosas que no siempre son placenteras, pero sí, son conocidas y yo te quiero hacer esta aclaración porque demasiado meses, muchas mujeres me han dicho esto, pero esto no es cómodo. Óyeme, pero sigue siendo tu zona de confort. ¿Sabes por qué? Porque es lo conocido y por qué no sea cómodo, pero sigue siendo tu zona de comodidad. ¿Por qué? Porque lo conoces y por eso muchas veces preferimos seguir en una situación incómoda antes de arriesgarnos a hacer algo diferente.
Es como ese abrigo viejo que ya no te protege del frío, pero tú lo sigues usando porque prefiere usar esa cosa vieja, antes de comprarte algo nuevo. Pasa con ese carro viejo que ya no funciona, pero tú sigues arreglándole esta cosita, de aquella cosita, y aquella cosita, en lugar de ir a comprar un carro nuevo de una vez o esa casa que no queda lejos de todo o no está en un vecindario tan seguro como nosotros quisiéramos, pero el mero hecho de mudarme, de buscar un nuevo lugar, eso me paraliza.
La palabra nos da una promesa clara para estos momentos. Isaías 43:18-19 “No se acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosas nuevas; pronto saldrá a la luz, ¿no la conoceréis?”
Dios no solo te llama a soltar, Dios también te llama a confiar. El proceso de soltar también es un acto de fe, no solamente estás dejando ir algo, sino que estás haciendo un espacio para que Dios obre algo nuevo en tu vida.
Yo les he contado en algunos episodios, nuestra decisión en el año 2004, de regresar a Puerto Rico después de 10 años, una década, una vida en Orlando, y eso ¿sabes lo que fue?, fue un acto de fe, dejar lo establecido, por lo que era incierto, peor en ese soltar encontramos propósito, encontramos expansión y encontramos un nuevo capítulo que Dios había preparado para nosotros.
Recuerdo claramente tantas conversaciones que tuve con mi esposo Otoniel, y honestamente cuando hablábamos de ese gran cambio, de esa gran decisión, lo que íbamos a hacer, claro que el temor estaba ahí, pero también estaba la certeza de que Dios nos estaba llamando, un poco más grande o en realidad mucho más grande,
El miedo no desaparece con la lógica, pero el miedo si se puede vencer con la fe, el acto de soltar no significa ignorar el miedo, sino el elegir el avanzar a pesar de que estoy sintiendo miedo, muchas veces no soltamos porque tenemos miedo al vacío que se crea después, o tememos que si dejamos en ir lo conocido lo nuevo pueda que no sea suficiente y por supuesto es natural sentir ese miedo, pero hay una verdad poderosa que tú no puedes dejar a un lado.
Soltar es confiar en que Dios tiene algo mejor preparado, por eso te leí a Isaías 43, no te acuerdes de las cosas pasadas, ni las traigas a la memoria, Dios no solo te llama a soltar, sino que te pide que confíes plenamente en él, lo próximo que yo quiero que tú entiendas es que el soltar tare liberación, porque soltar no solo libera el espacio físico y emocional, sino que abre nuevas puertas espirituales para ti.
A veces estamos tan ocupados sosteniendo lo viejo que no tenemos manos libres para recibir lo nuevo. Jesús lo dijo bien clarito en Lucas 5:37-38 “Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Más el vino nuevo se ha de echar, y lo uno ni lo otro se conservan”
Amo ese verso, porque ese verso forma parte de una de las enseñanzas de Jesús, sobre la necesidad de tener renovación espiritual y la incompatibilidad entre lo nuevo que es lo que Dios trae para nosotros, en aquel momento él estaba hablando del evangelio del reino y las viejas estructuras religiosas del budismo tradicional de aquel tiempo.
En la antigüedad el vino se guardaba en odres, que eran bolsas de cuero normal, cuando el vino se fermentaban los odres nuevos siendo flexibles se expandían con los gases producidos; sin embargo, los odres viejos ya eran rígidos, ya estaban secos y cuando venían ese nuevo vino producían tanta presión que se rompían y se perdía ese vino nuevo.
Este pasaje refleja un principio poderoso, lo nuevo de Dios no puede ser contenido en estructuras viejas, este verso te enseña que para experimentar el propósito fresco que Dios tiene para ti, necesitamos soltar lo que ya no tiene vida, lo que ya está rígido, lo que ya no tiene flexibilidad, necesitamos soltar lo que ya no se adapta a la nueva lección que Dios quiere darnos.
Soltar lo viejo no significa que lo que vivimos o construimos en el pasado fue un error NO, significa que ya cumplió su propósito al igual que los odres viejos que no pueden contener el vino nuevo, aferrarnos a lo que ya no tiene lugar en nuestra vida, puede hacer que lo nuevo de Dios esté trayendo se pierda, soltar es más que despedirse del pasado, es prepararse para lo próximo, a veces estamos tan ocupados sosteniendo lo viejo que no tenemos manos libres para sostener lo nuevo.
Lo último que quiero compartirte en el día de hoy, es el poder transformador que hay en el soltar, porque soltar es un acto de liberación, y a veces pensamos que eso es solo un acto de liberación personal, No, también es una declaración espiritual de que tu vida está en la mano de Dios.
Cuando tú eliges soltar, estás diciendo confió en lo que Dios tiene para mí, y yo confió en lo que Dios tiene para mí es mejor de lo que yo estoy tratando de controlar en este momento, Filipenses 13:13-14 “olvidando ciertamente lo que queda atrás, me extiendo hacia adelante, prosigo a la meta al supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”
Pablo entendió algo fundamental, avanzar implica soltar, no puedes extenderte hacia lo que Dios tiene para ti, mientras estás abrazando lo que ya caduco en tu vida, cuando finalmente, sueltas esos proyectos, cuando finalmente sueltas esas cosas que ya no te edifican, experimentas algo poderoso, experimentas nuevas oportunidades, experimentas nuevas puertas, experimentas en ver cosas que no habías podido ver antes, es como el mismo hecho de soltar rompe una especie de barrera espiritual que te tenía atrapada.
Soltar abre puertas que el miedo ha mantenido cerradas, y quiero que guardes esto en tu corazón, Dios no te pide que sueltes para dejarte vacía, sino para llenarte con algo mejor, muchas veces oramos por dirección, por un proyecto, por situaciones y ante nuestros ojos es
evidente que no están dando frutos, es evidente y nuestro corazón siente ese deseo de soltarlo, puede ser difícil, pero cuando ya has invertido tiempo, esfuerzo dinero y no ves los resultados y no ves una manera viable en que eso pueda funcionar es tiempo de dejarlo en las manos de Dios y es tiempo de ver como Dios abre nuevas oportunidades para ti que quizás tú nunca habías considerado, a veces tu avance no depende de hacer más, sino de soltar lo que ya no te lleva a ningún lado.
Cada mañana yo quiero que tú ores de esta manera: “Señor, ayúdame a soltar lo que ya no me edifica, dame la valentía y permíteme ver aquello que no me construye y dame la fe de creer en lo nuevo que tú tienes para mí”
Lo que has aprendido en este episodio debe de ¡estar contigo siempre, en todas tus conversaciones con Dios, quiero que recuerdes siempre, soltar no es perder, soltar es abrir espacio para lo que realmente tiene valor, si hay algo que yo quiero que guardes en este episodio, es que soltar no es una derrota, no es un fracaso, soltar es un acto de fe, es decirle a Dios confió en tus planes que son mejores que los míos!
Tal vez en este momento crees que soltar lo que te ha acompañado tanto tiempo parece imposible, pero recuerda Dios no te pide que sueltes para dejarte vacía, Dios te pide que sueltes para llenarte con algo mejor, la libertad que viene al dejar ir ya no te construye es inmensa, hazle espacio para lo nuevo, para lo que realmente edifica tu vida.
Quiero invitarte hacer una última declaración; creer que Dios te va a dar la valentía, la fortaleza, la sabiduría y el discernimiento para que tú puedas tomar las decisiones que necesites tomar para que se cumpla el propósito de Dios en tu vida, hoy te animo a soltar lo que no te construye y te veo el próximo lunes.
Por último, me gustaría agradecer a todas esas mujeres, que decidieron invertir un par de minutos de su vida leyendo.
No Comments