
30 Jun 270: La Verdadera Riqueza que No Te Pueden Robar
Te pregunto: ¿De qué te sirve tener una casa hermosa si tú te sientes vacía en ella? ¿De qué te sirve acumular logros si tu alma está hipotecada por la ansiedad? Hoy no te voy a hablar de cómo ganar más dinero, hoy te voy a enseñar cómo identificar la riqueza que nadie te puede quitar, la que habita en tu paz, en tu propósito y en tu plenitud.
Hoy vamos a ver la diferencia entre tener mucho y ser verdaderamente rica. Vamos a hablar de tu saldo espiritual, de lo que celebras, más de lo que acumulas, porque el banco puede estar lleno, pero si tu alma está vacía, no eres rica, estás hipotecada emocionalmente. En el día de hoy quiero enseñarte cuál es la verdadera riqueza que nadie te puede robar.
¿Conoces tú que la plenitud se construye cuando dejas de medir tu vida por lo que te falta y empiezas a medirla por lo que permanece? ¿Sabías tú que la verdadera abundancia no es tenerlo todo bajo control, pero sí tienes que confiar, aunque no controles nada? ¿Me creerías si te dijera que la verdadera riqueza no es lo que tú acumulas en tu cuenta bancaria, es lo que dejas en el corazón de las personas que están a tu alrededor? ¿Sabías tú que cuando una mujer se siente conectada con Dios, vive con propósito eterno y actúa desde sus convicciones profundas? ¿Sabías que una mujer segura no es la que tiene todo resuelto, es la que sabe quién la respalda cuando todo se desordena?
¿Te has preguntado si tienes la capacidad de responder con toda seguridad estas preguntas? Me gustaría leer tus respuestas a estas preguntas, en la caja de comentario.
Terminando con lo anterior, continuemos nuestra lectura.
Eclesiastés 5:10 “El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama mucho tener, no sacara fruto” no sé cómo tú interpretas ese verso, para mí es una declaración increíble que viene de salomón que tuvo riqueza, poder, sabiduría y aun así concluyo que todo era vanidad, este versículo no está en la biblia por casualidad, ni tampoco es un llamado a la pobreza, yo creo en prosperidad y yo creo que el señor nos bendice en todas las áreas incluyendo las finanzas.
Este verso no es un llamado a la pobreza, sino más bien es una alerta, una alerta contra la idolatría que tiene tanta gente con el tener, tener y tener, porque el tener sin un para qué termina poseyéndote a ti, si lo que tienes no te impulsa a servir entonces eso no te está enriqueciendo, te está entreteniendo y yo lo veo todos los días, mujeres que han alcanzado todo lo que han soñado toda la vida, es acarrear, ese hogar decorado al detalle, esa vida estética, pero su alma vive en escases emocional.
¿Por qué? Porque se olvidaron de preguntar ¿para qué? Se olvidaron preguntarse ¿para quién? Y el sistema de recompensa celebrar se satura cunado los estímulos no vienen acompañados de propósito, un logro produce placer momentáneo, pero si no está ligado a algo mayor, se convierte en una rutina, un alma sin propósito es como una mansión que no tiene luz, es impresionante por fuera, pero por dentro está oscura.
La verdadera riqueza no es o que tú acumulas en tu cuenta bancaria, es lo que dejas en el corazón de las personas que están a tu alrededor, Dios no te llamo a acumular cosas, sino a construir legados, la riqueza con propósito es la única que no se evapora, Jesús dijo de una forma directa Lucas 12:15 “Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posees”
Esta expresión, que es hasta contracultural, suena como en contra lo que generalmente nos han querido enseñar; ¿por qué? Porque en el mundo el valor parece medirse en etiquetas, seguidores, logros, cifras, Jesús dice que tu vida no se define por lo que acumulas, se define por lo que habita en ti.
Tu saldo espiritual no es un concepto poético, no es que la pastora se puso, así como romántica no, es una realidad tangible, hay mujeres que, aunque no tienen una cuenta bancaria llena caminan en gozo, caminan en paz y caminan con una fe que mueve montaña y hay otras que lo tienen todo, peor no tienen descanso en su alma, la paz no se compra, el gozo no se transfiere, la fe no se hereda, todo eso se cultiva se trabaja.
La riqueza emocional se sostiene de tres pilares. ¿Cuáles son esos pilares?
1. Conexión.
2. Propósito.
3. Autonomía espiritual.
Cuando una mujer se siente conectada con Dios vive con propósito eterno y actúa desde sus convicciones profundas, no desde las presiones externas, se vuelve inquebrantable y aunque tiemble la tierra su alma permanece firme, yo te lo digo con total franqueza, yo he visto mujeres con sus agendas llenas, pero sus almas completamente vacías, con casas organizadas a la perfección y sus pensamientos vacíos y en caos, con muchas a su alrededor, pero sintiéndose solas porque su saldo espiritual estaba en rojo, no por falta de religión, sino por falta de relación viva, real con Dios.
El apóstol Pablo lo dijo de una forma maravillosa Gálatas 5:22-23 “Más el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fe mansedumbre, templanza” hace poco en hora y camina hablamos de ese verso en nueve días completo compartiendo con todas las mujeres de hora y camina profundidad sobre cada uno de estos términos, y ese es el verdadero patrimonio que no caduca, que no se pierde en una crisis, que no depende del dólar ni del estado de la cuenta.
Aquí va algo que te va a confrontar cada vez que lo recuerdes, una cuenta bancaria puede llenarse meses, pero un alma en paz se construye con cada decisión diaria que tu toma y esas decisiones deben de estar alineadas con el cielo, tu saldo espiritual se nota, es como respondes a la crítica, es como manejas el conflicto, es como horas cuando nadie te aplaude, y es como celebras a otras personas e incluso cuando tú estás pasando por un mal momento.
Si tu cuenta de fe está en cero, no importa cuán lleno este tu carrito de Amazon o el carrito favorito de tu tienda, tu riqueza verdadera está en lo invisible, en tu fe inquebrantable, en tú capacidad de perdonar, en tu generosidad, cuando nadie lo ve, porque lo eterno siempre tiene más peso que lo espectacular.
Pablo, desde una prisión romana, escribió para Filipense 4:11-12 “He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humilde y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado” Yo no sé si tú te das cuenta del poder de esa frase, no dijo. Me resigné, dijo, aprendí, porque el contentamiento no es pasividad, el contentamiento es madurez espiritual.
1 Timoteo 6: 17-19 “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos” amen para eso Dios que nos da las cosas en abundancias para que las disfrutemos.
Esto no es una condena las personas que tienen recursos, son redireccionamientos de la confianza, porque lo que es incierto no debe de ser tu ancla, la estabilidad que viene del dinero es frágil, la que viene de Dios es firme, aunque el suelo tiemble, la abundancia bíblica no es tener más, es depender menos del control humano y más del gobierno de Dios, no es un tema de ingreso es un tema de raíz espiritual.
Tú puedes tener todos los seguros posibles de salud, de vida, de retiro. Si no tienes seguridad en tu alma, seguirás viviendo con miedo. El sistema nervioso autónomo se regula mejor cuando siente que hay un orden mayor sosteniéndolo. Todos necesitamos conocer a Dios y esa relación con Dios.
La espiritualidad activa la corteza prefrontal, esa zona encargada de la toma de decisiones de la planificación y la autorregulación emocional; ¿qué quiere decir esto? Pues confiar en Dios, te hace pensar y te hace decidir mejor, quiero que pienses en algo. ¿Cuántas veces tú has confundido sentirte estable con estar segura? La estabilidad es un estado externo, la seguridad es una convicción interna. Muchas mujeres que conozco parecen estables, pero viven atrapadas en ansiedad, en temores, con miedo, porque su seguridad está atada a lo que tienen y no a quien la sostiene.
Una mujer segura no es la que tiene todo resuelto, es la que sabe quién la respalda cuando todo se desordena, yo he vivido esto, he estado en temporada donde todo a mi alrededor parce estar bajo control, pero dentro de mí hay momentos que no hay paz y he entendido que la estabilidad verdadera no vine del orden, sino que viene de la obediencia, eso es algo que tú me ves constantemente hablar en mis predicaciones, en mis entrevistas, lo vez siempre en mis libros y por supuesto aquí en mujer podcast.
Cuando tu alma se alinea con el plan de Dios el caos externo no se puede desenfocar, aquí te dejo una imagen, la abundancia sin fe es como una vela encendida en medio del viento, puede dar luz, pero está en peligro constante, en cambio, la fe convierte tu corazón en una lámpara blindada, no se apaga, aunque sople una tormenta.
La verdadera abundancia no es tenerlo todo bajo control, pero si tienes que confiar, aunque no controles nada, vivimos en una cultura que idolatra más los likes, más logros, más títulos, más cosas, pero el reino de Dios tú sabes lo que celebra, celebra lo suficiente, la plenitud, no sé logra cuando tienes todo lo que quieres, si no cuando agradeces todo lo que tienes, no es casualidad que los profetas, en medio de su dolor, siempre daban gracias.
David con los salmos comienza con lamentos y siempre termina con alabanzas, porque David sabía que agradecer cambia la atmosfera y cambia tu alma, no estamos hablando de esa gratitud superficial de moda, yo he visto tanta gente decir gracias, esos artistas que reciben esos premios, yo he visto hasta mujeres semidesnudas gracias, Dios; perdón, permiso, gente que en su vida nada de lo que hace, lo hace por dar gracias a Dios, lo hacen por cumplir sabiendo que no son cristianos de verdad.
Estamos hablando de una práctica espiritual poderosa, la gratitud es algo poderoso, es algo que transforma la queja en adoración, la escasez en semilla, celebrar cuando no te llego el ascenso, pero tu corazón está en paz, celebrar cuando el diagnóstico no cambio, peo tú si cambiaste por dentro, celebrar cuando nadie lo nota, pero Dios lo ve, no es rica la que tiene más, sino la que necesita menos para sentirse llena.
La plenitud se construye cuando dejas de medir tu vida por lo que te falta y empiezas a medirla por lo que permanece, que permanece en ti: fe, paz, amor, carácter, eso nadie te lo puede quitar, cuando dejamos de correr por más, y empezamos a detenernos para horrar lo que ya es, eso es algo que desbloquea todo lo negativo en tu vida por qué, porque Dios empieza a confiarte más, no porque tú lo exiges, sino porque tú lo puedes sostener.
La mujer que sabe celebrar vive en abundancia, aunque no le sobre nada, la riqueza más poderosa no se guarda en bóvedas en un banco, se cultiva en tu alma, si algo quiero que te lleves de este episodio es esto; la riqueza verdadera no es la que impresiona es la que sostiene, no es la que suena fuerte es la que produce paz, no es la que llena tus manos es la que estabiliza tu corazón.
En mi vida yo he tenido momentos de bonanzas económicas y momentos de estrechez, pero las estaciones donde más me he sostenido plena son las que tengo más intimidad con Dios, no en las que tengo más dinero en el banco, esos momentos donde no tenía respuesta, pero si tenía dirección, esos momentos donde no todo estaba en orden, pero yo sí estaba en la voluntad de Dios, y eso no tiene precio.
Hoy quiero invitarte a revisar tu saldo espiritual, no tú cuanta en el banco, pregúntate; ¿cuánto gozo tengo yo? ¿Cuánta fe tengo? ¿Cuánta paz hay en mi alma? Porque esa es la riqueza que nadie te puede robar, esa es la que se multiplica cuando la compartes, esa es la que te acompaña en la noche más oscura y te levanta en la mañana más incierta.
Tu alma no está en venta, tu gozo no tienes que hipotecarlo, tu paz no es una oferta, quiero que me dejes tu comentario; mi riqueza está en.… yo quiero leer dónde están tus riquezas, quiero que seas tú quien complete esa frase, quiero leer lo que tú valoras más allá del dinero, más allá de lo que el mundo llama éxito, quiero leerlas a todas y por supuesto comparte este episodio con tres mujeres, que hoy necesiten recordar que su valor no depende de su cuenta bancaria, no está en lo que tiene, sino en lo que creen.
Por último, me gustaría agradecer a todas esas mujeres, que decidieron invertir un par de minutos de su vida leyendo.
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