02 Feb 3 Claves Espirituales para el Dominio Propio
Segunda de Timoteo, capítulo uno. El verso siete dice “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. El talento, la belleza y la educación muy rara vez van a Él por encima de la mediocridad si no aprendemos a tener dominio propio en nuestra vida. Sin el dominio propio, nuestra vida se convierte en una vida de vagancia, de procrastinación, de letargo. Y la única forma en que vas a alcanzar la mejor versión de ti mismo es cuando tienes dominio propio”.
El dominio propio nos permite controlarnos a nosotros mismos y a nuestras emociones. Tomar el control es esa capacidad que tenemos todos de decidir qué vamos a sentir, cuándo lo vamos a sentir y cómo vamos a reaccionar a cada uno de nuestros sentimientos. En otras palabras, se trata de la autodisciplina. Cuando aprendemos a disciplinarnos a nosotros mismos, la persona inmadura, y me refiero a inmaduro en términos naturales, cuando somos pequeños, cuando somos niños, cuando no tenemos la madurez de tomar muchas decisiones en nuestra vida, necesitamos un papá, una mamá, un abuelo, un hermano mayor, un guía, alguien que nos diga esto está correcto, esto está incorrecto, debes hacer esto, no hagas esto. Pero lamentablemente, muchas veces de adulto, todavía necesitamos esas guías en nuestra vida.
Necesitamos el jefe que esté encima de nosotros, necesitamos al Pastor que esté vigilando, necesitamos el líder que esté ahí encima de tí; Y no hay nada de malo con tener un pastor, un jefe o tener un líder que nos ame, que nos cuide, que nos bendiga. Pero no pueden convertirse en los guardianes de nuestra vida decidiendo qué está mal, que está bien y nosotros no tener el autoconocimiento de saber las cosas que estamos haciendo bien, las cosas que estamos haciendo mal. Así que llega el momento en nuestra vida en que tenemos que alcanzar un nivel de madurez donde podamos controlarnos a nosotros mismos, donde podamos disciplinarnos a nosotros mismos, donde podamos tomar decisiones por nosotros mismos. Por eso, hoy quiero compartirte tres claves espirituales que hablan o que nos ayudan a tener esa autodisciplina, ese dominio propio.
3 claves espirituales que nos ayudan a tener autodisciplina
Juan capítulo 15. El verso siete dice: “Si permaneciereis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. Y es que una vida de éxito no se alcanza si no hay obediencia. Así que la clave número uno es decidir u obedecer. ¿Qué dice Dios hoy que tienes que hacer para tener éxito? Tienes que leer la palabra, tienes que congregarte, tienes que orar, tienes que ayunar, tienes que seguir todos los principios espirituales. Dios sabe algo acerca de tu futuro que tú todavía no conoces. En el día de hoy, muchas veces Dios nos dirige por el camino, muchas veces nos lleva a entender, nos lleva a conocernos, conecta con personas, nos muestra principios espirituales que lo único que nosotros podemos hacer con ellos es obedecerlos.
¿Qué tienes que hacer? ¿Tienes que orar, tienes que congregarte, tienes que leer la palabra, tienes que servir en el ministerio, qué tienes que hacer? ¿Estudiar qué tienes que hacer? Ejercicio, tienes que alimentarte mejor, tienes que promover algún talento. Estoy segura de que hay algo en tu vida que Dios te ha dicho que hagas y que todavía no lo estás haciendo y no vas a salir de la mediocridad. No vas a alcanzar los nuevos niveles, los planes, los propósitos, el llamado que Dios tiene para tu vida. Si no te dominas a ti mismo y aprendes a obedecer. ¿Qué te ha pedido Dios? ¿Qué te ha mandado a hacer Dios que hoy todavía no has hecho?
La segunda clave es algo muy espiritual. Dice Joel, capítulo dos, el verso 15: “Tocad trompeta en Sión, proclamad ayuno, convocad a asamblea”. La segunda clave es decidir ayunar. Hay algo espiritual en el ayuno que quizás yo no puedo explicarte completamente. Si has luchado con algo en tu vida que tú no has podido tomar el dominio propio, el ayuno es la respuesta. Si algo hace el ayuno en nuestra vida es que activa no solamente a lo espiritual, literal, sino que también activa lo sobrenatural. El predicador John Franklin tiene un libro excelente que explica el ayuno y dice que en nuestro mundo físico, el lograr sentir hambre a nuestro nivel físico nos ayuda a trabajar con ese concepto de lo que es el deseo, de lo que es la necesidad y cómo eso se ve transformado en el nivel espiritual. Y tú tienes que entender que cuando levantamos un ayuno, cosas suceden en el mundo espiritual y cosas suceden en nuestro carácter, porque no hay mayor herramienta espiritual para promover el dominio propio que el ayuno. Hay algo que tú tienes que ayunar. Hay un ayuno que tú tienes que levantar y eso te va a ayudar a poder desarrollar el fruto del Espíritu, del dominio propio.
Lo tercero dice Mateo capítulo seis, el verso 21: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. La tercera clave espiritual para poder tener control propio, para tener dominio propio, para tener autodisciplina, es decir, sembrar. Cuando sembramos es cuando más cerca estamos del carácter de Dios. Esta es una de las áreas espirituales que el enemigo ha querido dañar, ha querido atacar y ha atacado a través de la historia en cada etapa de nuestra vida. Tiene que haber una siembra especial para consagrar esa etapa. Así era el pueblo de Israel. Cada vez que salían de una etapa, cada vez que entraban en una etapa de su vida, buscalo en la palabra que hacían, levantaban un altar a Dios. Y es que uno de los actos espirituales más transformadores que nosotros podemos tener en nuestra vida es la siembra y la cosecha. Es tan y tan poderoso el poder de la siembra y la cosecha que mueve nuestro corazón. Mucha gente tiene un concepto equivocado acerca de este verso porque dicen ¿Qué es lo que dicen? Dónde está mi corazón, ahí va a estar mi tesoro, lo que yo amo, ahí van a estar mi finanzas. Esa no es la realidad. La realidad es que lo que dice este verso es que donde está tu tesoro, ahí va a estar tu corazón. La siembra es tan y tan transformadora en nuestra vida que hace que nuestro corazón siga. Y yo estoy segura que hay algo especial que tu no has tomado el dominio propio sobre eso, porque no has sembrado para eso. La siembra es una de las claves espirituales más transformadoras que nosotros tenemos en nuestra vida.
Así que el ayunar, obedecer y sembrar son tres claves espirituales que te van a ayudar a tener dominio propio, a tener esa autodisciplina que necesitas para que Dios te lleve al próximo nivel.
No Comments