4 razones por las que Dios quiere hacerte nueva

4 razones por las que Dios quiere hacerte nueva

A veces, damos por sentado el término transformación y lo asociamos con el hecho de cambiar cosas en nosotras que simplemente no están tan bien. A pesar de que esta definición no está totalmente alejada de la realidad, hoy quisiera hacerte ver que es mucho más profundo de lo que parece. 

Las Escrituras aseguran que Dios quiere hacernos nuevas criaturas. La Palabra no dice que quiere cambiarnos, mejorarnos, pulirnos u optimizarnos.

No quiere arreglar lo antiguo, quiere más bien darte algo nuevo. Un nuevo punto de partida, una nueva historia, una nueva identidad en Él. 

Pero, ¿sabes a qué se debe esta decisión tomada por el Padre para transformar nuestra realidad? Te voy a dar 4 razones por las que Dios prefiere renovarte y descarta cambiar tus viejos hábitos.

4 razones por las que Dios quiere hacerte nueva

1. Transformación total

Lo que quiere Dios para tu vida no es algo sin importancia. La verdad es que quiere transformarte completa, exhaustiva y profundamente. El hecho de escoger renovar, evita riesgos de que el cambio sea superficial y se vea limitado por escenarios banales. 

Él apuesta todo en ti, para que tu corazón, tu alma y tu mente tengan una nueva oportunidad, sin ápice de dudas sobre viejas costumbres que no aportan nada de valor a tu existencia. La transformación que la Biblia propone es total, no parcial. Por ello, una vez que el Padre toca tu corazón, ya te transformas en una nueva criatura en Su Propósito.

2. Adiós pasado

¿Alguna vez te has sentido atormentada, acongojada o angustiada por cosas que pertenecen al pasado? La culpa puede venir a tocar tu puerta, por asuntos que no se resolvieron o cosas que sabes que pudiste haber hecho mejor. Es normal vernos afligidas por circunstancias que pasaron y eso precisamente es lo que Dios quiere evitarnos.

Al renovarnos, Él apuesta a enterrar nuestro pasado y dejarlo atrás en nuestras memorias. No habrá culpas, pesares ni arrepentimientos. Por eso, quiere que seamos nuevas, que veamos hacia adelante y que contemos con el camino que nos queda por recorrer y no con el que ya hemos recorrido. 

Cristo quiere novedad, visión y futuro. Así nos lo propone, para que seamos salvos de cualquier emoción o situación del pasado, que podría poner límites a nuestro victorioso futuro a Su lado.  Recuerda el pasaje que se encuentra en 2 Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. 

3. Nueva identidad, nuevo vínculo

Cuando Cristo nos propone tener una nueva identidad, derivada de Su presencia y de Su amor, contempla el hecho de tener un nuevo vínculo con Él. Que nos mantenga más cercanos, más confiados y más fieles a la Palabra de Dios. Así como cumple con el hecho de renovarte, cumplirá con cada promesa que ha hecho en tu vida. Cuidará, protegerá y salvará nuestras almas, tal como lo ha asegurado Su Palabra.

Se presentarán pruebas en el camino, pero una nueva identidad hará que confiemos más en Él cada vez que las superamos. No habrá dudas, desconfianzas y miedos. Al ser nueva criatura todo será de fe, bendición y amor. Fortalecer el nexo con Él hará que vivamos plenamente, confiándole alegrías y penas, y esperando Su venida con esperanza. 

4. Vida con propósito 

Tu nueva identidad avivará la fuerza del propósito divino que tienes en esta Tierra. Podrás tener el enfoque para dar pasos que te acerquen a tu misión de vida. Cuando hayas dejado atrás toda aflicción del mundo y te acerques con humildad al Dios de los cielos, tu vida podrá estar centrada en tu propósito y tu camino será certero, guiado y preciso hacia lo que Él ha destinado para ti. 

Gracias por llegar hasta aquí y buscar el crecimiento de tu fe. Aprovecho para invitarte a escuchar el más reciente episodio de Mujer, Podcast, que se titula: “Deja de intentar ser mejor y aprende a ser nueva – Parte 1”. Ya está disponible en tus plataformas digitales favoritas y complementará en gran medida esta enseñanza que te ha dado la lectura. ¡Bendiciones!

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