13 Jul La ansiedad no es un lugar para vivir: Cómo Superarla y Encontrar Paz
La ansiedad se ha vuelto parte del día a día, normalizándose y adoptándose como estilo de vida, viviendo siempre en zozobra y estrés. Sin embargo, erradicarla es más fácil de lo que se cree. Primero, con la ayuda de Dios, dejando en Sus manos nuestras preocupaciones, sabiendo que en Cristo encontramos la solución. Segundo, tomando las riendas de nuestra vida.
No podemos controlar lo que va a pasar en el futuro ni lo que ya pasó. Incluso en el presente, hay cosas que no podemos controlar ni cambiar. Sin embargo, eso no debería asustarnos ni detenernos. Debemos dejar que las cosas fluyan. Vivir en la gracia de Dios nos da la paz para entender el curso de la vida.
Vivir una vida libre de ansiedad es posible, pero requiere seguir ciertos pasos y enfrentar situaciones, ya que la vida es un aprendizaje continuo. El primer paso es entender que cuidar nuestros pensamientos es vital. La mayoría de los pensamientos negativos vienen de dentro y afectan nuestra realidad.
Una mente tranquila que descansa en la voluntad de Dios está libre de ansiedad, comprendiendo que solo tenemos garantizado el hoy, un regalo maravilloso que debemos aprovechar al máximo.
Ahora, ¿de dónde viene la ansiedad? Como mencioné en mi podcast “Episodio 135: Erradica la Ansiedad y Aprende a Vivir en el Presente”, disponible en YouTube, Apple Podcasts y Spotify, la ansiedad proviene de vivir en el pasado o preocuparse excesivamente por el futuro.
Ambas actitudes son perjudiciales. Es crucial vivir en el presente y no dejarlo escapar. Es fácil volver al pasado en momentos mejores o cuestionar nuestras decisiones pasadas. En lugar de castigarnos, debemos enfrentar lo que en el presente nos hace desear escapar al pasado. Si hay algo que no podemos resolver en este momento, no debería limitarnos nunca.
Algunas personas viven constantemente enfocadas en el futuro, buscando paz en un escenario mejor o anticipando derrotas. Ambas actitudes les roban el presente.
Siempre me ha llamado la atención nuestra capacidad para imaginar escenarios desfavorables. Mujer, ten la certeza de que aunque algo malo pase, nunca será tan catastrófico ni definitivo como lo imaginas.
Mateo 6:34 nos dice: “Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene sus problemas.” Aquí Mateo nos invita a vivir en el momento presente según la voluntad de Dios.
La vida está llena de etapas, algunas maravillosas y otras de aprendizaje. Debemos aprender a atravesarlas todas, agradecidos y confiando en la guía de Dios. Es crucial revisar nuestro diálogo interno, ya que influye profundamente en nuestras acciones y emociones.
La Biblia es como un manual amoroso para la vida, así que veamos que tiene para decirnos sobre la ansiedad:
Proverbios 12:25 nos dice: “La preocupación abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra.”
Dios sabe que somos susceptibles a la preocupación, pero fíjense lo bueno y misericordioso que es con nosotros. En el mismo proverbio nos da la respuesta: una palabra amable alegra el corazón. Si reflexionamos, la Biblia está llena de palabras amables y llenas de amor para nosotros. Mírate al espejo y recuerda que saldrás adelante porque estás de la mano de Dios. Agradécele por ponerte en esa situación de la que saldrás victoriosa.
En ese mismo sentido, prepara tu mente para decir palabras amables a los demás. Un buen cristiano es una buena persona, por lo que procura llenar tu mente y tu boca de palabras amables. Nunca sabes si esa palabra puede hacer sentir mejor a alguien y aliviar su ansiedad. Somos instrumentos de nuestro propio cambio interno y del cambio en nuestro entorno.
Juan 14:27: “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.”
¿Existe algo más divino que tener la paz de Jesús? Es una paz real, que no se negocia ni se comercia, siempre disponible para nosotros. Si tenemos esa paz en nuestro corazón, ¿necesitamos algo más? Mujer, hoy te invito a mirarte en el espejo y decirte: “Yo tengo mi paz en Jesús, lo tengo todo”.
Isaías 41:10: “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.”
Cierro este espacio con esta divinidad. Mujer, no hay nada que pueda aliviarte más que saber que Dios está contigo. Él mismo te lo dice en su palabra: “No te angusties, yo soy tu Dios, tu protector“. Estás trabajando para estar en su gracia, y ese es el tesoro más grande que podemos tener en esta tierra.
Como dice el título, la ansiedad no es un buen lugar para vivir; es algo transitorio. Podemos vivir y nadar en aguas de paz con Cristo. Me encantaría ofrecerte más información sobre este tema a través de mi podcast. ¿Qué te parece si visitas cualquiera de mis plataformas, escuchas este episodio, tomas notas y me cuentas en mis redes sociales qué te ha parecido?
¡Me alegró saludarte aquí hoy! ¡Bendiciones en tu vida!
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