Cómo Ganar un Argumento, SIEMPRE

Cómo Ganar un Argumento, SIEMPRE

Un buen argumento es fundamental para poder desarrollar una comunicación efectiva y, para que puedas alcanzar una victoria perfecta en tu conversación. Esto no significa que debemos ganar en un debate o conversación solo por capricho, por el contrario, es una invitación a consolidar nuestras ideas o pensamientos con bases más sólidas.

Un buen argumento no solo te garantiza la victoria; sino la buena reputación de ser una mujer con ideas firmes, y eso les otorga un peso y valor a tus opiniones, es decir, tu opinión no será tomada como cualquier cosa.

Acciones claves para tener un buen argumento

Gánate la confianza: deja que la otra persona exponga sus ideas primero, escucha con atención demostrando un total respeto por lo que expresa. Mientras esa persona hable, tú le comunicarás por medio del lenguaje corporal, el cómo deseas ser escuchada.

Demuestra a tu interlocutor que conoces su argumento: al estar atenta vas tomando confianza en relación a lo que el otro te esta exponiendo. Esa atención también te permitirá ubicar fisuras en su discurso, en este escenario lo ideal es preguntar; al preguntar conocerás más a fondo el punto de vista de esa persona y también te permite llevarlo al plano argumentativo más cercano a lo que tú quieres exponer.
Una buena pregunta sobre las fisuras que hayas ubicado en tu interlocutor genera en él la duda sobre lo que expone, esto puede ser oportuno en el sentido que estimula la necesidad de escuchar con más atención su propio criterio y el que tu expondrás también.

Quien hace las preguntas controla la conversación.

No te distraigas: la distracción puede ser contraproducente. Este puede ser un recurso que se utilice para poder desviar tu atención hacía un plano más cómodo para esa persona. Si te dejas llevar a ese plano le quitarás peso y valor a lo que venías argumentando. Cuando esto suceda trata de volver a llevar la conversación al tema original. Esto demuestra firmeza en tus convicciones y además un poder genuino en el manejo de la comunicación. 

Usa la lógica: trata que el desarrollo de tu discurso lleve un orden lógico. Llevar un orden en tus ideas te permite demostrar coherencia en tus puntos de vista. La dispersión juego en contra. Mientras más organizado se encuentren tus ideas más sólido se muestra tu argumentación.

Admite tus puntos débiles: al exponer y explicar tú misma los puntos más débiles que posees, demuestras un alto conocimiento de ti y, además, una autoestima sólida. El poder hablar de tus propios errores denota una fortaleza espiritual – que también es un indicativo que el hecho de defender tu postura no es por un asunto de ego- sino más bien, por poseer bases sólidas en tu argumentación. Además, le estas quitando la oportunidad a la otra persona de atacar flancos débiles con el objetivo de distraer tu atención y quitarles peso a tus ideas.

Puede suceder que luego de terminar la disertación, te des cuenta que tu argumento no es tan fuerte como el de tu interlocutor, sin embargo, eso no significas que hayas perdido.

Tres claves para ganar siempre un argumento 

  1. Si no ganaste en la disertación, ganaste en el aprendizaje que te dejó. Al ganar conocimiento fortalecerás más tus argumentos y esto ya es una ganancia sustancial.
  2. No hace falta quitarle todo a tu oponente y tampoco que tu pierdas: reconocer la diversidad en las opiniones, manteniendo una escucha atenta con respeto hacia la otra persona, equivale a una ganancia igual o mayor a la de ganar un argumento por sus bases.
  3. Siempre ganaras en un argumento cuando procuras que, en el desarrollo de la conversación y la disertación, se haya alcanzado una sensación de ganar-ganar. Que tu oponente quede con la misma sensación de aprendizaje que tú.

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