BÁJALE A LA TRISTEZA, SÚBELE A LA ALEGRÍA

BÁJALE A LA TRISTEZA, SÚBELE A LA ALEGRÍA

¡Vence la tristeza y busca tu alegría!

La tristeza es una emoción que todas podemos experimentar cuando una situación en particular no lleva el curso que nos hemos planteado.

Pero, cuando esta situación es recurrente, hay que prestar mucha atención. Nosotras podemos aprender de nuestras emociones, todas ellas nos vienen a contar algo sobre diversas situaciones por la que estamos atravesando, para así poder transformarla. Pero en ocasiones, hay mujeres que pueden (por diversas situaciones), experimentar esta emoción como un estado de ánimo permanente.

La tristeza cuando es permanente nos suele apagar… nos puede inmovilizar. Cuando esta situación pasa, debes tomar conciencia sobre lo importante que es retomar el poder de las emociones sobre ti y tomar las acciones necesarias para poder transformar esa realidad.

De las damas antagónicas (tristeza y alegría) escoge siempre la alegría.

Para vencer la tristeza debemos estar claras de establecer la ruta o nuestro camino para poder, de forma consciente, avanzar en construir esos estados de ánimos sanos.

La alegría puede que llegue, en muchas ocasiones, de forma espontánea. Sin embargo, dado los múltiples episodios que pueden surgir en nuestras vidas cotidianas, que pueden atentar contra esta emocionalidad: debemos estar claras que para mantener la alegría es una decisión que debemos tomar de manera consciente.  

Todo en la vida está construido por dediciones; grandes y pequeñas decisiones. Hasta para nuestros estados de ánimos hay que tomar acción. Hay que moverse y generar las acciones necesarias para disipar la tristeza…sobre todo cuando esta llega con frecuencia y sabemos que no es  bienvenida en nuestras vidas.

De la tristeza podemos aprender. Porque nos muestra las cosas que van por el camino menos deseado y nos pone en alerta. Pero solo deber ser eso. No permitas que se aloje por mucho tiempo en tu corazón y construye a diario tu alegría.

 Algunos datos sobre la tristeza y la alegría

  • Estas damas antagónicas (la tristeza y la alegría) son contagiosas. Todas las emociones en general son contagiosas. Pero la determinación a ser autónomas en nuestras emociones, es decir; no dejarse influir por emociones adversas de terceros, es fundamental. Tú debes ser la dueña de tu proceso. Tu emocionalidad, y el cuido de ellas, para lograr tu bienestar, dependen solo de ti misma.
  • El cuerpo es un receptor importante de nuestros estados de ánimo. Para poder superar la tristeza, debemos sincronizar: espíritu, mente y cuerpo. Si tu cuerpo no esta bien, todo lo demás falla también. En este sentido, tener una alimentación sana, descansar para que nuestro cuerpo y nuestra mente puedan tomar el reposo necesario para trabajar óptimamente, es fundamental. Los ejercicios también son parte de una rutina que inyectan de energía a nuestro cuerpo y nos permite estar siempre activas. Si estos elementos son cultivados con disciplina, tu espiritualidad se transformará positivamente.
  • Erradica la soledad. La soledad es uno de las emociones que ha causado mayores estados de depresión y como consecuencia suicidio. Si te sientes sola, puedes tomar este espacio para conectar con otros… es decir, servir a alguien, ayudarlo. En este sentido la congregación es un espacio que te permite conectar con otros y bendecir a muchos. Al servir y ayudar, experimentaras un estado de plenitud que te alejará de la soledad y, por supuesto, de la tristeza.
  • Cultiva los hábitos que estén relacionados con las actividades que te gustan. Muchas veces las posponemos, incluso la dejamos olvidada. Conectar con esas actividades -que son solo nuestras-, nos proporcionan estados de ánimos que nos ayudan a sentir plenitud, y por ende también, también alegría.
  •   Procura no aislarte. En el marco de esta pandemia nos han vendido erróneamente la idea de “distanciamiento social” cuando en realidad, lo que nos protege del contagio es el distanciamiento físico. Bajo ninguna circunstancia debemos optar por dejar de establecer vínculos con los otros. La conexión es fundamental. Conexiones sanas con nuestras familias, nuestros amigos… con las personas de la congregación. Todo esto nos sirve de puente para mantener estados de ánimos sanos y alejarse la tristeza.
  • Cultiva tu espiritualidad. Establecer un diálogo con Dios y mantener una conexión constante por medio de tus oraciones te permitirá florecer. No podrás sentirte triste con frecuencia, si Dios está siempre a tu lado. Por eso es importante la congregación en nuestras iglesias. Ese espacio es fundamental para mantener el espíritu en sintonía con la palabra del Señor y, al mantener esta relación con sabía disciplina… tu crecimiento espiritual, será una herramienta fundamental para vencer la tristeza y construir tu felicidad.
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