¡Conócete a ti misma!

¡Conócete a ti misma!

Si tú eres como la persona promedio, quizás a lo largo de tu vida te has visto rodeada de personas que, sin querer, pero también a veces queriendo, te fijan una etiqueta, un nombre, o una descripción… Es decir, frases como la rubia, la alta, la necia, la de pelo corto, la del vestido color crema, la de los tacones rojos, la que vino ayer, etc…

Y es que las personas parecieran ceñirse al referirse a los demás según las características que generalmente están a la vista.

Pero yo quiero decirte algo… Todas esas cosas que han dicho de ti, no definen en lo absoluto quien realmente eres tú. Son simples percepciones que tienen las otras personas, por lo tanto, tú no eres lo que ellas ven… De hecho, ni siquiera eres lo que tú misma ves…

Pero hay una manera en la que tú puedes saber y conocer quién realmente eres… Y justo de eso quiero hablar en mi post de hoy, pues el objetivo es enseñarte a conocerte a ti misma.

Dicho esto, ¿sabias que hay una manera en la que tú puedes identificar exactamente cómo eres?

En el Salmo 139, en los versos 23 y 24, podemos leer:

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón. Pruébame, y conoce mis pensamientos. Y ve si hay en mí, camino de perversidad, y guíame en el camino eterno…

Entonces, hay tres puntos claves que quiero mencionarte referente a estos dos versículos:

Dios sabe quién tú eres

Pero cuando Dios quiere saber cómo eres, Él mira dentro de ti y mira tu corazón. Porque resulta que muchas veces las personas se quedan con lo superficial, con lo inmediato, pero eso de que “la primera impresión es la que cuenta” no es cierto.

El hombre se queda con lo que miran sus ojos, pero Dios mira el corazón.

Lo que define cómo eres tú, son tus pensamientos

Pero no cualquier pensamiento. Así que presta atención a lo que ahora mismo te diré…

La ciencia habla de que existen dos tipos de pensamientos: el deductivo y el inductivo. Pero la misma ciencia deja por fuera el pensamiento al cual Dios le presta más atención. Y dicho pensamiento lo encontramos en Proverbios 23, en el verso 7:

Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él…

Y este es el pensamiento que pasa desapercibido, aún para muchos cristianos.

Los pensamientos del corazón son los que cobran especial relevancia en ti

Esos que llegan a ser predominantes y que terminan gobernando toda tu vida. También controlan tu acciones, controlan tu lengua, y terminan manipulando todas tus actitudes.

Y cierro con buenas noticias para ti. Dios no está viendo esas nimiedades, etiquetas y descripciones que tiene la gente para contigo. ¡Dios mira adentro de ti! Dios mira los pensamientos de tu corazón, porque así eres tú.

¡Esa es la verdadera tú!

No la bajita, ni la del pelo largo, ni la del moño rojo, ni la que canta esta canción…

Por eso hoy, te digo, ¡conócete, mujer!

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